ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE ITUZAINGÓ
El 20 de febrero de 1827 se produce la Batalla de Ituzaingó. El ejército argentino, bajo el mando del General Carlos M. de Alvear, derrotó al brasileño, conducido por el Marqués de Barbacena, en una jornada con un alto protagonismo para la caballería republicana. Los dos ejércitos se enfrentaron cerca del arroyo Ituzaingó, en la provincia brasileña de Río Grande del Sur. Las tropas derrotadas abandonaron su campamento y entre los bagajes se encontró la partitura de esta marcha, que considerada botín de guerra, fue nominada Ituzaingó e incorporada desde entonces al acervo musical argentino.
Siete días después del triunfo del General Juan Galo de Lavalle frente a las fuerzas del General Benito Manuel en la Batalla de Bacacay, y cuatro después del triunfo del General Lucio Norberto Mansilla en la Batalla del Ombú; que dispersó con 350 hombres a caballo y 1.800 efectivos de infantería a la caballería de Bento Manuel, elite de la tropa imperial. Carlos de Alveara trajo al grueso de las fuerzas imperiales, mandadas por el marqués de Barbacena, a un enfrentamiento en la vera del río Santa María.
La acción fue una total sorpresa para las tropas brasileñas, que hasta el día anterior perseguían a las fuerzas conjuntas argentino-orientales. El Santa María separaba el territorio montañoso (donde las caballadas aliadas poco valor táctico tenían) de los terrenos más llanos con buenos pastizales al sur del río. El ejército aliado buscaba campos con forraje adecuado, mas la imposibilidad de vadear el río por estar crecido obligó a efectuar una contramarcha de veinte kilómetros en la noche previa a la batalla recorriendo un camino ascendente que permitía posicionar al ejército aliado en igualdad de condiciones con el oponente.
Como los brasileños estimaron erróneamente que los aliados habían cruzado el río en la tarde anterior su marcha fue descuidada y desprolija. Barbacena envió el grueso de su infantería en tres columnas a atacar el primer cuerpo del ejército aliado, comandado por Lavalleja, que estaba ubicado con la artillería en el centro del campo de batalla. Una vez próximos a éste, Alvear ordenó la carga de la caballería, hasta entonces oculta, sobre el flanco izquierdo de los brasileños. Posicionados sorpresivamente frente a un ejército bien formado y dispuesto para la batalla, los voluntarios que componían este flanco, al mando del Mariscal José de Abreu Mena Barreto, se desbandaron. El flanco derecho imperial se replegó también, cruzando el río por el vado, y dejando sólo a la columna central, entre los que se contaban 2.000 mercenarios experimentados de origen austíaco y prusiano, para resistir las sucesivas cargas dirigidas por el Teniente Coronel Federico Brandsen, ascendido póstumamente a Coronel, tras caer en batalla, el General Juan Galo de Lavalle y el General José Maria Paz, que fueron decisivas. Luego de intentar pasar la línea defensiva argentina durante 6 horas sin éxito, y siendo bombardeado por la artillería, el ejército imperial se retiró para no ser atacado por la infantería que todavía no había intervenido y para no ser rodeado
A pesar de la victoria los republicanos no tenían capacidad ni medios para hacer más. El ejército imperial sufrió 200 muertos, entre ellos el mariscal Abreu y 150 prisioneros. Las Provincias Unidas sufrieron 139 bajas de caballería y 9 de los Cazadores de Infantería. Entre los pertrechos abandonados por el Ejército Imperial se encontraba un cofre conteniendo una partitura entregada por el Emperador al Marqués de Barbacena para ser interpretada tras la primera victoria del Imperio del Brasil; el ejército aliado se apoderó de ella y bautizada como Marcha de Ituzaingó se interpreta en conmemoración del hecho de armas cuando la bandera Argentina se traslada en actos oficiales. Es uno de los tres atributos que ostenta el Presidente de la República Argentina: bastón de mando, banda presidencial y marcha de Ituzaingó.
En Brasil el 4º Regimento Passo do Rosário (el nombre de la batalla en Brasil es Batalla del Passo do Rosário), localizado en Rosário do Sul, Rio Grande do Sul, es el mantenedor de las tradiciones de la batalla. Y la memoria de los soldados que han luchado también es mantenida en Brasilia, todos los años, tanto por el Regimento de Cavalarias de Guarda como por los Dragões da Independência.
Esta batalla importante que dio una victoria trascendental a las fuerzas de la República Argentina no terminó generando políticamente los resultados esperados. Los duros conflictos internos en la República Argentina y el mal manejo de los poderes públicos por parte del Presidente Rivadavia, no hicieron posible poder sacar mayor provecho a la victoria de Ituzaingo por parte de los argentinos.
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