"Mi mejor amigo es el que enmienda mis errores o reprueba mis desaciertos."
General José Francisco de San Martín.
El comandante Lorenzo Alvarez, acompañado de varios oficiales y de un piquete de soldados de infantería, trataba de unirse a Mariano Acha, al Bayardo del 2° Ejercito Libertador, que se batía desesperadamente con Benavidez en el lugar llamado «El altillo de la Chacarilla».
Próximo a conseguir su objeto vióse detenido por una considerable masa de jinetes que, saliéndole al paso, le obligó a retirarse desordenadamente, sufriendo perdidas de consideración.
Una de las descargas de la gente de Benavidez hirió mortalmente al Teniente don Leandro Martinez: éste, que en medio de su agonía no olvidaba cuan temible era la ferocidad de las masas de la Federación, se dirigió a su jefe, y con voz suplicante, le dijo:
—Remáteme, mi comandante, pero, por Dios, no me deje en poder del enemigo.
El comandante se detuvo, y exclamo:
—Lorenzo Álvarez no abandona a los valientes; les salva o muere con ellos.
Y haciendo honor a su palabra levanto al caído y, con él a cuestas, continuo la interrumpida marcha.
Pero su breve detención le fue fatal; alcanzado por los secuaces de Benavidez cayó a los pocos pasos, deshecho a balazos.
El noble soldado había cumplido su promesa: no pudo salvar a su herido compañero, pero murió con él.
¡FELIZ DÍA DEL AMIGO!
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