28/2/19

PUBLICACION EN TWITTER OFICIAL DEL EJERCITO POR CONCIERTO PATRICIOS

#CABA La Banda Militar Tambor de Tacuarí del Regimiento de Infantería 1 Patricios sorprendió a cientos de personas con un concierto en los jardines del histórico cuartel de Palermo, en el que interpretaron marchas militares y canciones populares #EsteEsTuEjército

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PUBLICACION EN TWITTER OFICIAL DEL EJERCITO POR CARTAS CREDENCIALES

@Granaderosarg formó un cordón de honor que, junto con la Fanfarria Militar, acompañó a los nuevos embajadores en la ceremonia recepción de cartas credenciales y rendición de honores al general San Martín. #EsteEsTuEjercito

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CARTAS CREDENCIALES 
Oficial del Regimiento de Granaderos a Caballo durante la ceremonia de recepción de Cartas Credenciales en Plaza San Martín.

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DIRECTOR

El Director de la Fanfarria Militar "Alto Perú" del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martin" entonando la marcha San Lorenzo en la final del #125AbiertoArgentinoHSBC

Carlos Ravazzani.-

CALLE QUEBECOIS

Fotografía tomada en la Ciudad de Quebec, Canadá el día 9 de julio 1313hs

"Callecita de piedra y silencio que voy recorriendo a la luz de un farol
mi memoria recuerda las noches en que cada piedra se hacia canción
voy sin rumbo por los pasadizos que miles de amores te hicieron pasar
y temblando resurgen los sones de muchas canciones que pude cantar
renaciendo con nuevos fulgores viejos trovadores salen a rondar

Hoy vuelvo a ser vagabundo por tus lindas calles
un don Juan, un Juglar, un Poeta que con su guitarra te hacía soñar
hoy Santa Cruz me enamoro otra vez de la luna 
y vistiendo el jubón de la tuna miro a las estrellas y empiezo a volar "

Carlos Ravazzani.-

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE GRANADEROS POR PRIMER ENARBOLAMIENTO DE NUESTRA BANDERA

EL GENERAL BELGRANO ENARBOLA POR PRIMERA VEZ LA BANDERA POR ÉL CREADA
El 27 de febrero de 1812, el general Belgrano inauguraba en Rosario las baterías Libertad e Independencia. En esa oportunidad, mandó enarbolar una bandera celeste y blanca, “conforme a los colores de la escarapela nacional”. Sobre las barrancas del Paraná, el pueblo rosarino se aglomeró para contemplar la formación de la división de las tropas porteñas y fue privilegiado espectador del momento en que el general Manuel Belgrano recorría la línea a caballo, saludaba con su espada, se detuvo y exclamó “Soldados de la patria: aquí hemos tenido la gloria de vestir la escarapela; allí – señalando la batería Independencia – nuestras armas aumentarán sus glorias; juremos vencer a nuestros enemigos, y la América del Sur será el templo de la independencia y de la libertad.” Los soldados contestaron con un prolongado ¡viva! y dirigiéndose a un oficial que estaba a la cabeza de un piquete, le dijo: “Señor capitán y tropa destinada por primera vez a la Batería Independencia, posesionaos de ella y cumplid el juramento que acabáis de hacer”. Eran las seis y media de la tarde. Con una salva, ambas baterías saludaron el ascenso de la bandera azul y blanca, reflejo del cielo de la patria.

27/2/19

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE CORACEROS POR PRIMER ENARBOLAMIENTO DE NUESTRA BANDERA

EL GENERAL BELGRANO ENARBOLA POR PRIMERA VEZ LA BANDERA POR ÉL CREADA.
El 27 de febrero de 1812, el general Belgrano inauguraba en Rosario las baterías Libertad e Independencia. En esa oportunidad, mandó enarbolar una bandera celeste y blanca, “conforme a los colores de la escarapela nacional”. Sobre las barrancas del Paraná, el pueblo rosarino se aglomeró para contemplar la formación de la división de las tropas porteñas y fue privilegiado espectador del momento en que el general Manuel Belgrano recorría la línea a caballo, saludaba con su espada, se detuvo y exclamó “Soldados de la patria: aquí hemos tenido la gloria de vestir la escarapela; allí – señalando la batería Independencia – nuestras armas aumentarán sus glorias; juremos vencer a nuestros enemigos, y la América del Sur será el templo de la independencia y de la libertad.” Los soldados contestaron con un prolongado ¡viva! y dirigiéndose a un oficial que estaba a la cabeza de un piquete, le dijo: “Señor capitán y tropa destinada por primera vez a la Batería Independencia, posesionaos de ella y cumplid el juramento que acabáis de hacer”. Eran las seis y media de la tarde. Con una salva, ambas baterías saludaron el ascenso de la bandera azul y blanca, reflejo del cielo de la patria.

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PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE PATRICIOS POR ANIVERSARIO PRIMER ENARBOLAMIENTO

EL GENERAL BELGRANO ENARBOLA POR PRIMERA VEZ LA BANDERA POR ÉL CREADA.
El 27 de febrero de 1812, el general Belgrano inauguraba en Rosario las baterías Libertad e Independencia. En esa oportunidad, mandó enarbolar una bandera celeste y blanca, “conforme a los colores de la escarapela nacional”. Sobre las barrancas del Paraná, el pueblo rosarino se aglomeró para contemplar la formación de la división de las tropas porteñas y fue privilegiado espectador del momento en que el general Manuel Belgrano recorría la línea a caballo, saludaba con su espada, se detuvo y exclamó “Soldados de la patria: aquí hemos tenido la gloria de vestir la escarapela; allí – señalando la batería Independencia – nuestras armas aumentarán sus glorias; juremos vencer a nuestros enemigos, y la América del Sur será el templo de la independencia y de la libertad.” Los soldados contestaron con un prolongado ¡viva! y dirigiéndose a un oficial que estaba a la cabeza de un piquete, le dijo: “Señor capitán y tropa destinada por primera vez a la Batería Independencia, posesionaos de ella y cumplid el juramento que acabáis de hacer”. Eran las seis y media de la tarde. Con una salva, ambas baterías saludaron el ascenso de la bandera azul y blanca, reflejo del cielo de la patria.

INGRESO DE LA FANFARRIA

La Fanfarria Militar "Alto Perú" del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martin" ingresando a la Plaza de Armas del histórico Cuartel de Palermo con motivo de la ceremonia de relevo de segundo Jefe el pasado mes de diciembre.

Carlos Ravazzani.-

CONTEMPLANDO

Fotografía tomada en Marina Green Park, Long Beach, California el día 25 de octubre a las 1538hs

"Ay! que ese resonante movimiento
me abate el corazon. Yo vi las mieses
Agitadas del viento
en los estivos meses,
y dóciles y trémulas llevarse, 
y en seco son de su furor quejarse.
Vi el vértigo del polvo, y vi en las selvas
contrastados también los altos pinos
sacudirse y bramar: mas no este ciego, 
este hervir vividor, estas oleadas 
que llegan, huyen, vuelven, 
sin cansarse jamás: tiembla la arena 
al golpe azotador, y tú rugiendo 
revuélveste y sacudes 
una vez y otra vez: al ronco estruendo
los ecos ensordecen
los escollos mas altos se estremecen”
Manuel Josef Quintana

Carlos Ravazzani.-

26/2/19

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE PATRICIOS POR INVITACION

Concierto Banda Militar en Patricios
Los queremos invitar esta tarde a la presentación que realizará nuestra Banda Militar "Tambor de Tacuarí" a las 1700hs en la esquina de las Avenidas Bullrich y Santa Fe, frente al monumento a Patricios de nuestro histórico Regimiento.
¡Los esperamos!

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FRENTE AL LIBERTADOR 
Suboficial del Regimiento de Granaderos a Caballo rindiendo honores al General San Martín frente a su Monumento.

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CAMPO ARGENTINO DE POLO

La Fanfarria Militar “Alto Perú” del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martin" en la final del #125AbiertoArgentinoHSBC 🐴

Carlos Ravazzani.-

ATARDECER EN EL PUERTO

Fotografía tomada en Marina Green Park, Long Beach, California el día 24 de octubre a las 1804hs

“Envuelve al mundo extenso triste noche;
ronco huracán y borrascosas nubes
confunden, y tinieblas impalpables,
el cielo, el mar, la tierra:

y tú invisible, te alzas, en tu frente
ostentando de fuego una corona,
cual rey del caos, que refleja y arde
con luz de paz y vida.

En vano, ronco, el mar alza sus montes
y revienta a tus pies, do, rebramante,
creciendo en blanca espuma, esconde y borra
el abrigo del puerto:

tú, con lengua de fuego, «Aquí está.., dices,
sin voz hablando al tímido piloto,
que como a numen bienhechor te adora
y en ti los ojos clava.

Tiende, apacible noche, el manto rico,
que céfiro amoroso desenrolla;
recamado de estrellas y luceros,
por él rueda la luna;

y entonces tú, de niebla vaporosa
vestido, dejas ver en formas vagas
tu cuerpo colosal, y tu diadema
arde al par de los astros.

Duerme tranquilo el mar; pérfido, esconde
rocas aleves, áridos escollos;
falsos señuelos son; lejanas cumbres
engañan a las naves.

Mas tú, cuyo esplendor todo lo ofusca,
tú, cuya inmoble posición indica
el trono de un monarca, eres su norte;
les adviertes su engaño.

Así de la razón arde la antorcha,
en medio del furor de las pasiones;
o de aleves halagos de fortuna,
a los ojos del alma.

Desque refugio de la airada suerte,
en esta escasa tierra que presides,
y grato albergue, el Cielo bondadoso
me concedió, propicio;

ni una vez sola a mis pesares busco
dulce olvido, del sueño entre los brazos,
sin saludarte, y sin tomar los ojos
a tu espléndida frente.

¡Cuántos, ay, desde el seno de los mares
al par los tomarán!... Tras larga ausencia,
unos, que vuelven a su patria amada,
a sus hijos y esposa.

Otros, prófugos, pobres, perseguidos,
que asilo buscan, cual busqué, lejano,
y a quienes que lo hallaron tu luz dice,
hospitalaria estrella.

Arde, y sirve de norte a los bajeles
que de mi patria, aunque de tarde en tarde,
me traen nuevas amargas y renglones
con lágrimas escritos.

Cuando la vez primera deslumbraste
mis afligidos ojos, ¡cuál mi pecho,
destrozado y hundido en amargura.
palpitó venturoso!

Del Lacio, moribundo, las riberas
huyendo, inhospitables, contrastado
del viento y mar entre ásperos bajíos.
vi tu lumbre divina:

viéronla como yo los marineros,
y, olvidando los votos y plegarias
que en las sordas tinieblas se perdían.
«¡Malta, Malta!». gritaron;

y fuiste a nuestros ojos aureola
que orna la frente de la santa imagen
en quien busca afanoso peregrino
la salud y el consuelo.

Jamás te olvidaré, jamás... Tan sólo
trocara tu esplendor. sin olvidarlo,
rey de la noche, y de tu excelsa cumbre
la benéfica llama,

por la llama y los fúlgidos destellos
que lanza. reflejando al sol naciente,
el arcángel dorado que corona
de Córdoba la torre."
Angel de Saavedra

Carlos Ravazzani.-


PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE CORACEROS POR CREACIÓN BANDERA

El 26 de febrero de 1812, el Coronel del entonces Regimiento Nro. 5 de Infantería don Manuel Belgrano informó al gobierno que merced a la actividad y eficiencia del Teniente Coronel don Angel Monasterio llegaban a su conclusión los trabajos de las baterías del Rosario. Con relación al uso de las banderas necesarias, expresaba su preocupación pues hasta el momento se habían izado los mismos colores que el enemigo; “pero – agregaba Belgrano – ya que Vuestra Excelencia ha determinado la escarapela con que nos distinguimos de ellos y de todas las Naciones….”.Dejaba así planteado el problema al cual él mismo daría pronta solución.

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PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE GRANADEROS POR ANIVERSARIO DE LA DESIGNACIÓN DE LA "BANDERA MAYOR"

201º ANIVERSARIO DE LA DESIGNACIÓN DE LA "BANDERA MAYOR"
El 25 de febrero de 1818, el Congreso definía como Bandera Nacional Mayor la bandera creada por él el 16 de julio de 1816, estableciendo “Que sirviendo para toda bandera nacional los dos colores blanco y azul en el modo y forma hasta ahora acostumbrados, sea distintivo peculiar de la bandera de guerra un sol pintado en medio de ella”

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PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE CORACEROS POR NIVERSARIO DE LA DESIGNACIÓN DE LA "BANDERA MAYOR"

ANIVERSARIO DE LA DESIGNACIÓN DE LA "BANDERA MAYOR"
El 25 de febrero de 1818, el Congreso definía como Bandera Nacional Mayor la bandera creada por él el 16 de julio de 1816, estableciendo “Que sirviendo para toda bandera nacional los dos colores blanco y azul en el modo y forma hasta ahora acostumbrados, sea distintivo peculiar de la bandera de guerra un sol pintado en medio de ella”

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PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE PATRICIOS POR CREACIÓN BANDERA

El 26 de febrero de 1812, el Coronel del entonces Regimiento Nro. 5 de Infantería don Manuel Belgrano informó al gobierno que merced a la actividad y eficiencia del Teniente Coronel don Angel Monasterio llegaban a su conclusión los trabajos de las baterías del Rosario. Con relación al uso de las banderas necesarias, expresaba su preocupación pues hasta el momento se habían izado los mismos colores que el enemigo; “pero – agregaba Belgrano – ya que Vuestra Excelencia ha determinado la escarapela con que nos distinguimos de ellos y de todas las Naciones….”.Dejaba así planteado el problema al cual él mismo daría pronta solución.

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PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE PATRICIOS POR ANIVERSARIO DE LA DESIGNACIÓN DE LA "BANDERA MAYOR"

201º ANIVERSARIO DE LA DESIGNACIÓN DE LA "BANDERA MAYOR"
El 25 de febrero de 1818, el Congreso definía como Bandera Nacional Mayor la bandera creada por él el 16 de julio de 1816, estableciendo “Que sirviendo para toda bandera nacional los dos colores blanco y azul en el modo y forma hasta ahora acostumbrados, sea distintivo peculiar de la bandera de guerra un sol pintado en medio de ella”

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25/2/19

ESCUADRÓN CHACABUCO

Miembros del Escuadrón Chacabuco del Regimiento de Granaderos a Caballo “General San Martín” en la Plaza de Armas de la Unidad instantes antes de la formación por el relevo del Segundo Jefe. 
Los granaderos de hoy que integran este escuadrón, cumplen distintas funciones, tareas y actividades, que están muy lejos de aquellas acciones bélicas como la de “Chacabuco”, pero el espíritu de sacrificio, el entusiasmo profesional, el sentido de patriotismo y el amor a la patria, es el mismo que el de aquellos bravos que combatieron el 12 de febrero de 1817 en la cuesta de Chacabuco.
El Escuadrón Chacabuco (Destacamento Militar Residencia Presidencial de Olivos) brinda seguridad al SPN, sus familiares directos y las instalaciones de la RPO (Residencia Presidencial de Olivos), para salvaguardar la integridad física de los mismos, dentro de estas instalaciones, a fin de contribuir con la misión de la Casa Militar de la Presidencia de la Nación.

BANDERAS

Fotografía tomada en el Queen Mery, Queens Hwy, Long Beach, California el día 24 de octubre a las 1202hs

"Around the word, I've searched for you
I traveled on when hope was gone
To keep a rendezvous
I know somewhere, sometime, somehow
You'd look at me
And I would see the smile you're smiling now

It might have been in Country Down
Or in New York
In Gay Paree or even London Town
No more will I go all around the world
For I have found my world in you ...."
Harold Adamson y Victor Young

Carlos Ravazzani.-

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE PATRICIOS POR ANIVERSARIO DEL NATALICIO DEL LIBERTADOR

ANIVERSARIO DEL NATALICIO DEL LIBERTADOR
El 25 de febrero de 1778, nacía el futuro Libertador de la América del Sud, en Yapeyú, actual provincia de Corrientes, donde su padre cumplía funciones como teniente gobernador al servicio de la corona española. En 1785, tras pasar 6 años en Buenos Aires, la familia regresa a España donde el joven San Martín inicia sus estudios militares, como cadete en el Regimiento de Infantería de Línea Nº 20 “Murcia”. En la campaña de África tiene su bautismo de fuego demostrando un inusual valor y aptitud para el mando en la batalla de Bailén. Formado en los ideales liberales de su tiempo, al tener conocimiento de los movimientos independentistas hispanoamericanos, decide volver a su tierra natal para ofrecer sus servicios. En marzo de 1812, a bordo de la fragata Gorge Canning, San Martín arriba a Buenos Aires en compañía de Carlos María de Alvear, de Matías Zapiola y de Martiniano Chilavert. Ofrece sus servicios al gobierno, el que lo incorpora al ejército de la revolución otorgándole el grado de teniente coronel de caballería y le encomienda la creación de un escuadrón de esa arma con las concepciones de la táctica moderna. Nace así el glorioso Regimiento de Granaderos a Caballo, unidad que lo acompañaría durante la gesta de la libertad de Chile y el Perú, que marcan de brillantes jalones la vida del futuro Padre de la Patria.

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE CORACEROS POR ANIVERSARIO DEL NATALICIO DEL LIBERTADOR

ANIVERSARIO DEL NATALICIO DEL LIBERTADOR
El 25 de febrero de 1778, nacía el futuro Libertador de la América del Sud, en Yapeyú, actual provincia de Corrientes, donde su padre cumplía funciones como teniente gobernador al servicio de la corona española. En 1785, tras pasar 6 años en Buenos Aires, la familia regresa a España donde el joven San Martín inicia sus estudios militares, como cadete en el Regimiento de Infantería de Línea Nº 20 “Murcia”. En la campaña de África tiene su bautismo de fuego demostrando un inusual valor y aptitud para el mando en la batalla de Bailén. Formado en los ideales liberales de su tiempo, al tener conocimiento de los movimientos independentistas hispanoamericanos, decide volver a su tierra natal para ofrecer sus servicios. En marzo de 1812, a bordo de la fragata Gorge Canning, San Martín arriba a Buenos Aires en compañía de Carlos María de Alvear, de Matías Zapiola y de Martiniano Chilavert. Ofrece sus servicios al gobierno, el que lo incorpora al ejército de la revolución otorgándole el grado de teniente coronel de caballería y le encomienda la creación de un escuadrón de esa arma con las concepciones de la táctica moderna. Nace así el glorioso Regimiento de Granaderos a Caballo, unidad que lo acompañaría durante la gesta de la libertad de Chile y el Perú, que marcan de brillantes jalones la vida del futuro Padre de la Patria.

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PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE CORACEROS POR ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE CUCHA CUCHA

ANIVERSARIO DEL COMBATE DE CUCHA CUCHA
El 22 de febrero de 1814, las fuerzas argentinas que componían la División Auxiliar de Chile, a órdenes del coronel don Marcos Balcarce, libraron en suelo chileno el combate de Cucha Cucha. En la acción las fuerzas al mando del entonces sargento mayor don Juan Gregorio de Las Heras se enfrentaron contra un elevado número de soldados realistas distinguiéndose él mismo y uno de sus hombres según el parte del general don Juan Mackenna: “El siguiente rasgo de valor personal no debe sepultarse en olvido: un cabo del cuerpo de auxiliares de Buenos Aires, Manuel Araya, viendo a un oficial enemigo que con suma intrepidez animaba a su tropa, marchó sobre él, matólo, y vuelve montado en su caballo a la formación”.

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PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE GRANADEROS POR ANIVERSARIO DEL NATALICIO DEL LIBERTADOR

ANIVERSARIO DEL NATALICIO DEL LIBERTADOR
El 25 de febrero de 1778, nacía el futuro Libertador de la América del Sud, en Yapeyú, actual provincia de Corrientes, donde su padre cumplía funciones como teniente gobernador al servicio de la corona española. En 1785, tras pasar 6 años en Buenos Aires, la familia regresa a España donde el joven San Martín inicia sus estudios militares, como cadete en el Regimiento de Infantería de Línea Nº 20 “Murcia”. En la campaña de África tiene su bautismo de fuego demostrando un inusual valor y aptitud para el mando en la batalla de Bailén. Formado en los ideales liberales de su tiempo, al tener conocimiento de los movimientos independentistas hispanoamericanos, decide volver a su tierra natal para ofrecer sus servicios. En marzo de 1812, a bordo de la fragata Gorge Canning, San Martín arriba a Buenos Aires en compañía de Carlos María de Alvear, de Matías Zapiola y de Martiniano Chilavert. Ofrece sus servicios al gobierno, el que lo incorpora al ejército de la revolución otorgándole el grado de teniente coronel de caballería y le encomienda la creación de un escuadrón de esa arma con las concepciones de la táctica moderna. Nace así el glorioso Regimiento de Granaderos a Caballo, unidad que lo acompañaría durante la gesta de la libertad de Chile y el Perú, que marcan de brillantes jalones la vida del futuro Padre de la Patria.

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE GRANADEROS POR DÍA DE LA ANTÁRTIDA ARGENTINA

DÍA DE LA ANTÁRTIDA ARGENTINA
Celebramos el día de la reafirmación de nuestros derechos en el sector antártico y, a la vez, rendimos homenaje a todos aquellos que, con su sacrificio y esfuerzo, hicieron permanente la presencia del país en ese continente.

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22/2/19

SUBOFICIAL

Suboficial del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martin" desfilando a pie al frente de sus soldados frente al palco oficial sobre la Plaza de Armas de la Unidad durante una práctica.

Carlos Ravazzani.-

PUERTO...

Fotografía tomada en Marina Green Park, Long Beach, California el día 24 de octubre a las 1643hs

"Riberas… amarras… cargueros…
noche, niebla, callejón…
recalada de rezagos,
luz en sombras… ¡bodegón!

Paraíso de perdidos
sin sueños ni ambición.
Derrotero marinero
¡puerto, mujeres y alcohol!

Bodegón del puerto soñado…
marinante que busca olvidar…
rumor de piano apagado
y brazos cansados de amar.

Clima de angustia y miseria
que amarga más el dolor,
sueño… esperanza… quimera
un abismo de pena y rencor.

Cariño que espera en la mesa,
mascarones del amor,
novia ausente que regresa
¡con los duendes del alcohol!

Cruel destino de vencidos
que amarran su bajel
y mendigan derrotados
copas, olvido y placer."
Alberto Núñez y Lorenzo Spanu.

Carlos Ravazzani.-

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE PATRICIOS POR DÍA DE LA ANTÁRTIDA

DÍA DE LA ANTÁRTIDA
Celebramos el día de la reafirmación de nuestros derechos en el sector antártico y, a la vez, rendimos homenaje a todos aquellos que, con su sacrificio y esfuerzo, hicieron permanente la presencia del país en ese continente
El 22 de febrero, se conmemora el Día de la Antártida Argentina y se cumplen 115 años de la permanencia ininterrumpida de los argentinos en ese sector. A partir de 1904, con la inauguración de la lra Estación Meteorológica, flamea la Bandera Argentina en la isla Laurie del grupo de Islas Orcadas.
Desde el 21 de marzo de 1951, cuando el entonces Coronel Hernán Pujato fundó la Base Antártica "San Martín", el Ejército Argentino destaca personal en el Continente Antártico. Hoy en día, hombres y mujeres del Comando Antártico de Ejército están desplegados en las bases "Esperanza", "San Martín", "Belgrano 2", "Primavera" y "Jubany".
Esta nueva conmemoración encuentra a las dotaciones de la actual campaña antártica realizando, además de las habituales tareas de mantenimiento y apoyo logístico a la actividad científica, importantes obras de infraestructura, entre otras, la construcción de nuevos edificios para una escuela, casas habitación y un laboratorio.
También se llevan a cabo tareas relacionadas con el Proyecto Viento Hidrógeno (aplicación de tecnologías de energías alternativas), en el que participan la DIDEP, CITEFA, EST, INVAP, PEHPC (Planta Experimental de Hidrógeno de Pico Truncado) y el ITBA (Instituto Tecnológico de Buenos Aires).

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PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE CORACEROS POR DÍA DE LA ANTÁRTIDA

DÍA DE LA ANTÁRTIDA
Celebramos el día de la reafirmación de nuestros derechos en el sector antártico y, a la vez, rendimos homenaje a todos aquellos que, con su sacrificio y esfuerzo, hicieron permanente la presencia del país en ese continente.

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PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE GRANADEROS POR ANIVERSARIO DEL COMBATE DE CUCHA CUCHA

ANIVERSARIO DEL COMBATE DE CUCHA CUCHA
El 22 de febrero de 1814, las fuerzas argentinas que componían la División Auxiliar de Chile, a órdenes del coronel don Marcos Balcarce, libraron en suelo chileno el combate de Cucha Cucha. En la acción las fuerzas al mando del entonces sargento mayor don Juan Gregorio de Las Heras se enfrentaron contra un elevado número de soldados realistas distinguiéndose él mismo y uno de sus hombres según el parte del general don Juan Mackenna: “El siguiente rasgo de valor personal no debe sepultarse en olvido: un cabo del cuerpo de auxiliares de Buenos Aires, Manuel Araya, viendo a un oficial enemigo que con suma intrepidez animaba a su tropa, marchó sobre él, matólo, y vuelve montado en su caballo a la formación”.

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21/2/19

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE INSTAGRAM DE GRANADEROS

POSTALES DEL G20
Un Granadero con su uniforme histórico y otro con su uniforme de combate. Ambos con un objetivo: Ser escolta y brindar seguridad al Sr. Presidente de la Nación. 
El Regimiento de Granaderos participó de las ceremonias durante la visita de los mandatarios extranjeros, y además estuvo brindando seguridad durante la cumbre del #G20Argentina

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FINAL DEL ABIERTO DE POLO

La Fanfarria Militar “Alto Perú” del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martin" en la final del #125AbiertoArgentinoHSBC 🐴

Carlos Ravazzani.-

ATARDECER EN EL PUERTO

Fotografía tomada en Marina Green Park, Long Beach, California el día 24 de octubre a las 1807hs

"Era un suspiro lánguido y sonoro
la voz del mar aquella tarde... El día,
no queriendo morir, con garras de oro
de los acantilados se prendía.

Pero su seno el mar alzó potente,
y el sol, al fin, como en soberbio lecho,
hundió en las olas la dorada frente,
en una brasa cárdena deshecho.

Para mi pobre cuerpo dolorido,
para mi triste alma lacerada,
para mi yerto corazón herido,

para mi amarga vida fatigada...
¡el mar amado, el mar apetecido,
el mar, el mar y no pensar en nada!..."
Manuel Machado.

Carlos Ravazzani.-

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE CORACEROS POR ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE SALTA

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE SALTA
En el mediodía del 20 de febrero de 1813, se enfrentaron al norte de la ciudad de Salta el ejército patriota a órdenes del general don Manuel Belgrano y las fuerzas realistas del general Pío Tristán. Tras una hábil maniobra que logró engañar al enemigo, Belgrano en su marcha desde Tucumán adelantó la vanguardia distrayendo la atención de Tristán, mientras que el grueso realizaba un gran rodeo colocándose a espaldas de los realistas, una legua al norte de la ciudad, cortándoles las comunicaciones y la retirada hacia Jujuy. Iniciadas las acciones, tras una exitosa carga de la caballería patriota que dispersó a la realista, el ala derecha patriota atacó el ala izquierda enemiga obligándola a replegarse en gran desorden a la ciudad. Poco después, la segunda línea realista corría la misma suerte. En la falda del cerro San Bernardo, una fracción realista ofrecía una tenaz resistencia que fue sofocada por el mismo Belgrano empleando la reserva. Tras la acción, Belgrano, inspirado en sus ideales y sentimientos de paz y concordia, concedió la libertad a los vencidos y los obligó por juramento, desde el general hasta el último soldado, a no tomar las armas contra las Provincias Unidas, hasta el límite del río Desaguadero.

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20/2/19

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE PATRICIOS POR ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE ITUZAINGO

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE ITUZAINGÓ
El 20 de febrero de 1827 se produce la Batalla de Ituzaingó. El ejército argentino, bajo el mando del General Carlos M. de Alvear, derrotó al brasileño, conducido por el Marqués de Barbacena, en una jornada con un alto protagonismo para la caballería republicana. Los dos ejércitos se enfrentaron cerca del arroyo Ituzaingó, en la provincia brasileña de Río Grande del Sur. Las tropas derrotadas abandonaro su campamento y entre los bagajes se encontró la partitura de esta marcha, que considerada botín de guerra, fue nominada Ituzaingó e incorporada desde entonces al acervo musical argentino.
Siete días después del triunfo del General Juan Galo de Lavalle frente a las fuerzas del General Benito Manuel en la Batalla de Bacacay, y cuatro después del triunfo del General Lucio Norberto Mansilla en la Batalla del Ombú; que dispersó con 350 hombres a caballo y 1.800 efectivos de infantería a la caballería de Bento Manuel, elite de la tropa imperial. Carlos de Alvearatrajo al grueso de las fuerzas imperiales, mandadas por el marqués de Barbacena, a un enfrentamiento en la vera del río Santa María.
La acción fue una total sorpresa para las tropas brasileñas, que hasta el día anterior perseguían a las fuerzas conjuntas argentino-orientales. El Santa María separaba el territorio montañoso (donde las caballadas aliadas poco valor táctico tenían) de los terrenos más llanos con buenos pastizales al sur del río. El ejército aliado buscaba campos con forrajeadecuado, mas la imposibilidad de vadear el río por estar crecido obligó a efectuar una contramarcha de veinte kilómetros en la noche previa a la batalla recorriendo un camino ascendente que permitía posicionar al ejército aliado en igualdad de condiciones con el oponente.
Como los brasileños estimaron erróneamente que los aliados habían cruzado el río en la tarde anterior su marcha fue descuidada y desprolija. Barbacena envió el grueso de su infantería en tres columnas a atacar el primer cuerpo del ejército aliado, comandado porLavalleja, que estaba ubicado con la artillería en el centro del campo de batalla. Una vez próximos a éste, Alvear ordenó la carga de lacaballería, hasta entonces oculta, sobre el flanco izquierdo de los brasileños. Posicionados sorpresivamente frente a un ejército bien formado y dispuesto para la batalla, los voluntarios que componían este flanco, al mando del Mariscal José de Abreu Mena Barreto, se desbandaron. El flanco derecho imperial se replegó también, cruzando el río por el vado, y dejando sólo a la columna central, entre los que se contaban 2.000 mercenarios experimentados de origen austíaco y prusiano, para resistir las sucesivas cargas dirigidas por el Teniente Coronel Federico Brandsen, ascendido póstumamente a Coronel, tras caer en batalla, el General Juan Galo de Lavalle y el General José Maria Paz, que fueron decisivas. Luego de intentar pasar la línea defensiva argentina durante 6 horas sin éxito, y siendo bombardeado por la artillería, el ejército imperial se retiró para no ser atacado por la infantería que todavía no había intervenido y para no ser rodeado
A pesar de la victoria los republicanos no tenían capacidad ni medios para hacer más. El ejército imperial sufrió 200 muertos, entre ellos el mariscal Abreu y 150 prisioneros. Las Provincias Unidas sufrieron 139 bajas de caballería y 9 de los Cazadores de Infantería. Entre los pertrechos abandonados por el Ejército Imperial se encontraba un cofre conteniendo una partitura entregada por el Emperador al Marqués de Barbacena para ser interpretada tras la primera victoria del Imperio del Brasil; el ejército aliado se apoderó de ella y bautizada como Marcha de Ituzaingó se interpreta en conmemoración del hecho de armas cuando la bandera Argentina se traslada en actos oficiales. Es uno de los tres atributos que ostenta el Presidente de la República Argentina: bastón de mando, banda presidencial y marcha de Ituzaingó.
En Brasil el 4º Regimento Passo do Rosário (el nombre de la batalla en Brasil es Batalla del Passo do Rosário), localizado en Rosário do Sul, Rio Grande do Sul, es el mantenedor de las tradiciones de la batalla. Y la memoria de los soldados que han luchado también es mantenida en Brasilia, todos los años, tanto por el Regimento de Cavalarias de Guarda como por los Dragões da Independência.
Esta batalla importante que dio una victoria trascendental a las fuerzas de la República Argentina no terminó generando políticamente los resultados esperados. Los duros conflictos internos en la República Argentina y el mal manejo de los poderes públicos por parte del Presidente Rivadavia, no hicieron posible poder sacar mayor provecho a la victoria de Ituzaingo por parte de los argentinos.

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE GRANADEROS POR ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE ITUZAINGO

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE ITUZAINGÓ
El 20 de febrero de 1827 se produce la Batalla de Ituzaingó. El ejército argentino, bajo el mando del General Carlos M. de Alvear, derrotó al brasileño, conducido por el Marqués de Barbacena, en una jornada con un alto protagonismo para la caballería republicana. Los dos ejércitos se enfrentaron cerca del arroyo Ituzaingó, en la provincia brasileña de Río Grande del Sur. Las tropas derrotadas abandonaron su campamento y entre los bagajes se encontró la partitura de esta marcha, que considerada botín de guerra, fue nominada Ituzaingó e incorporada desde entonces al acervo musical argentino.
Siete días después del triunfo del General Juan Galo de Lavalle frente a las fuerzas del General Benito Manuel en la Batalla de Bacacay, y cuatro después del triunfo del General Lucio Norberto Mansilla en la Batalla del Ombú; que dispersó con 350 hombres a caballo y 1.800 efectivos de infantería a la caballería de Bento Manuel, elite de la tropa imperial. Carlos de Alveara trajo al grueso de las fuerzas imperiales, mandadas por el marqués de Barbacena, a un enfrentamiento en la vera del río Santa María.
La acción fue una total sorpresa para las tropas brasileñas, que hasta el día anterior perseguían a las fuerzas conjuntas argentino-orientales. El Santa María separaba el territorio montañoso (donde las caballadas aliadas poco valor táctico tenían) de los terrenos más llanos con buenos pastizales al sur del río. El ejército aliado buscaba campos con forraje adecuado, mas la imposibilidad de vadear el río por estar crecido obligó a efectuar una contramarcha de veinte kilómetros en la noche previa a la batalla recorriendo un camino ascendente que permitía posicionar al ejército aliado en igualdad de condiciones con el oponente.
Como los brasileños estimaron erróneamente que los aliados habían cruzado el río en la tarde anterior su marcha fue descuidada y desprolija. Barbacena envió el grueso de su infantería en tres columnas a atacar el primer cuerpo del ejército aliado, comandado por Lavalleja, que estaba ubicado con la artillería en el centro del campo de batalla. Una vez próximos a éste, Alvear ordenó la carga de la caballería, hasta entonces oculta, sobre el flanco izquierdo de los brasileños. Posicionados sorpresivamente frente a un ejército bien formado y dispuesto para la batalla, los voluntarios que componían este flanco, al mando del Mariscal José de Abreu Mena Barreto, se desbandaron. El flanco derecho imperial se replegó también, cruzando el río por el vado, y dejando sólo a la columna central, entre los que se contaban 2.000 mercenarios experimentados de origen austíaco y prusiano, para resistir las sucesivas cargas dirigidas por el Teniente Coronel Federico Brandsen, ascendido póstumamente a Coronel, tras caer en batalla, el General Juan Galo de Lavalle y el General José Maria Paz, que fueron decisivas. Luego de intentar pasar la línea defensiva argentina durante 6 horas sin éxito, y siendo bombardeado por la artillería, el ejército imperial se retiró para no ser atacado por la infantería que todavía no había intervenido y para no ser rodeado
A pesar de la victoria los republicanos no tenían capacidad ni medios para hacer más. El ejército imperial sufrió 200 muertos, entre ellos el mariscal Abreu y 150 prisioneros. Las Provincias Unidas sufrieron 139 bajas de caballería y 9 de los Cazadores de Infantería. Entre los pertrechos abandonados por el Ejército Imperial se encontraba un cofre conteniendo una partitura entregada por el Emperador al Marqués de Barbacena para ser interpretada tras la primera victoria del Imperio del Brasil; el ejército aliado se apoderó de ella y bautizada como Marcha de Ituzaingó se interpreta en conmemoración del hecho de armas cuando la bandera Argentina se traslada en actos oficiales. Es uno de los tres atributos que ostenta el Presidente de la República Argentina: bastón de mando, banda presidencial y marcha de Ituzaingó.
En Brasil el 4º Regimento Passo do Rosário (el nombre de la batalla en Brasil es Batalla del Passo do Rosário), localizado en Rosário do Sul, Rio Grande do Sul, es el mantenedor de las tradiciones de la batalla. Y la memoria de los soldados que han luchado también es mantenida en Brasilia, todos los años, tanto por el Regimento de Cavalarias de Guarda como por los Dragões da Independência.
Esta batalla importante que dio una victoria trascendental a las fuerzas de la República Argentina no terminó generando políticamente los resultados esperados. Los duros conflictos internos en la República Argentina y el mal manejo de los poderes públicos por parte del Presidente Rivadavia, no hicieron posible poder sacar mayor provecho a la victoria de Ituzaingo por parte de los argentinos.

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LEAL AMIGO

Oficial del Regimiento de Granaderos junto a su "Leal Amigo" en la ultima formación antes de su retiro de servicio.

Carlos Ravazzani

FARO

Fotografía tomada en Los Angeles Harbor Lighthouse, Rancho Palos Verdes, California el día 25 de octubre a las 1359hs.

"Marinero sube al faro
y fija la vista al mar.
Considera que es horrible,
el naufragar, el naufragar en alta mar.

Siempre te hallo descontenta,
siempre estas de mal humor.
Cualquier cosa te incomoda,
que sabes tú, que sabes tu lo que es amor.

Cuanto más ha de sufrir,
cuanto más ha de llorar.
Que no ser marinerito, navegando en alta mar
navegando en alta mar.

Cuanto más ha de sufrir,
cuanto más ha de llorar.
Que no ser marinerito, navegando en alta mar
navegando en alta mar."



PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE CORACEROS POR ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE ITUZAINGO

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE ITUZAINGO
El 20 de febrero de 1827, se verificó el choque definitivo y sangriento entre las fuerzas argentinas al mando del general don Carlos María de Alvear y el ejército imperial comandado por el marqués de Barbacena. Los republicanos sumaban 7.700 hombres, de los cuales 5.400 eran de caballería mientras que los imperiales contaban con 6.300 hombres, 3.700 de caballería. Las firmes cargas de la caballería argentina, a órdenes de José María Paz, Juan Lavalle, Brandsen y Olavarría junto a los jinetes uruguayos de Oribe Lavalleja y otros jefes, derrotaron por completo a las fuerzas imperiales, que fueron obligadas a retirarse en desorden. La falta de caballadas no permitió al general Alvear completar el triunfo. Tras la acción, quedaron muertos en el campo de combate 147 muertos argentinos, entre ellos Brandsen y Besares y 256 heridos, mientras que los imperiales tuvieron unos 200 muertos, 150 prisioneros o heridos dejados en el campo, 90 heridos que siguieron con el ejército y 800 extraviados.
En este nuevo aniversario que recuerda a nuestros heroes, los recordamos con honor y decimos como ayer:
"Señor, ¡Soy de Lavalle!"

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE PATRICIOS POR ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE SALTA

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE SALTA
A principios de enero de 1813 el ejército se pone en marcha hacia el norte. Ya para el 11 de febrero el grueso de las tropas había cruzado el río Pasaje. Allí decide Belgrano que las tropas presten el juramento de fidelidad a la Asamblea General Constituyente que, con ; gran pompa, ha inaugurado sus sesiones en Buenos Aires el 31 de enero.Por tercera vez despliega la bandera celeste y blanca ante el ejército formado. "Éste será el color de la nueva divisa con que marcharán al combate los nuevos campeones de la patria", les dice. Y luego, personalmente, y en forma individual, toma juramento a los soldados. Sobre una margen del río se yergue un árbol eminente y frondoso. Cuando los ecos de la marcha de1 ejército se pierden a lo lejos, sobre el gigante vegetal, mudo testigo de la emocionante ceremonia, queda prendido en su tronco, una tablilla, grabada a punta de cuchillo, donde se lee Río del Juramento.En momentos en que el ejército comandado por el general Belgrano avanzaba hacia Salta con intención de vencer a las fuerzas españolas que bajo el mando del general Pío Tristán se encontraban a la sazón, acantonados en la ciudad de Salta; se encontró con un fuerte impedimento: la desmesurada fortificación que había realizado el general español del único paso de acceso a la ciudad, el portezuelo; lo que planteaba a su jefe una disyuntiva de hierro: entablar un combate en circunstancias desventajosísimas o desistir del propósito y retroceder. En tales circunstancias, el 17 de febrero de 1813, el capitán Apolinario Saravia, ayudante del Gral. Belgrano comenta el General Paz en sus memorias- "se ofreció para conducir al ejército y salvarlo, avisando al General que, como salteño y habitante de por allí, tenía conocimiento de una senda extraviada y así por nadie conocida que, pasando por el escabroso laberinto de las montañas, pues los cerros se suceden unos a espaldas de otros, y poblada de vegetación, conducía en su prolongación hacia el norte, por cosa de dos leguas entre el seno de los montes, hasta dar con una pequeña quebrada llamada de chachapoyas que desembocaba en la estanzuela de castañares, que estaba precisamente en el campo norte y lindero con la tablada de Salta, al opuesto lado de la sierra".El general Belgrano tras recorrer pormenorizadamente el itinerario propuesto dió órdenes de como proceder para que el ejército avancen por él. Esa noche, azotados por una lluvia espantosa, se inició la marcha de las fuerzas patriotas a través del fracturado terreno cubierto de espeso malezal, portando cincuenta carretas con pertrechos y doce piezas de artillería. La estrechez del camino y lo torrencial de la caída de las aguas por las laderas circundantes, agudizaban las dificultades que la quebrada presentaba de por si para semejante tránsito, más, la decisión, el fervor, el Ansia de libertad que todos y cada uno de los componentes de la fuerza llevaban en su corazón, los impulsaba para que la suma de dificultades no los arredraran en su empeño e hicieran que en el amanecer del día 18 arribaran a la finca de castañares donde permanecieron hasta las 11 de la mañana del día 19, cuando iniciaron su marcha a la chacras de Gallinato.El general Belgrano pernoctó el día 18 en una de las habitaciones de la casa de campo del Coronel Saravia, progenitor del capitán, su ayudante, que tan acertadamente había servido de guía.Haciendo uso eficaz del color tostado de su piel, este leal oficial a quien llamaban "Chocolate Saravia", ansioso por conocer la cantidad y calidad de las fuerzas de Tristán, tanto como las posiciones que ocupaban; vistiendo ropas similares a la de los aborígenes, arreando una recua de burros cargados de leñas marcha hacia la casa de sus padres sita en la calle Buenos Aires de la ciudad de Salta. Su disfraz le posibilitó cruzar frente al ejército realista y llegar a destino, donde entregó la carga de leña y regresar después a castañares para informar al General y posteriormente combatir junto a él.El ataque comenzó el día 19, a las 11 de la mañana, en la pampa de Castañares con el ataque a la posición realista por la retaguardia. Belgrano, seriamente enfermo, había preparado un carro para efectuar en él los desplazamientos, pero a último momento pudo reponerse y montó a caballo. 
LA BATALLA.
A las nueve de la mañana del día 20 se desplazó el Ejército Nacional cubriendo todo el ancho de la planicie que en leve plano inclinado lleva a la ciudad. Marchaba compacto sobre el centro con la caballería e infantería, separada por sectores, reserva plegada y dos columnas de caballería en ambos flancos. Tristán lo esperaba fortaleciendo el lado izquierdo de su formación, pues el flanco derecho se apoyaba sobe el cerro San Bernardo, donde había distribuido una columna de tiradores que obstaculizaran las cargas sobre ese sector. Precisamente esta disposición posibilitó al español controlar los ataques porque además de prevalecer en el llano rechazaba los avances sobre el flanco derecho por la eficaz acción de los tiradores del cerro y porque el terreno dificultaba las operaciones de caballería.
Al promediar el combate Belgrano cambió su táctica inapropiada. Movilizó la reserva, dotando de más efectivos de infantería y caballería y ordenó a Martín Dorrego, que había reemplazado al segundo jefe Díaz Vélez, gravemente herido, atacar vigorosamente ("... lléveselos por delante..."). Dispuso cargar simultáneamente con artillería y, luego de cruzar el campo, condujo él mismo la avanzada contra las barricadas del cerro.Al mediodía la situación varió. La furibunda carga de Dorrego arrasó el flanco izquierdo junto a las columnas de Zelaya, Pico, Forest y Superí (compartieron el honor de ser los primeros oficiales triunfantes de la ciudad) sostenían la persecución de las calles. En tanto el centro y el ala izquierda patriota fue quebrando inexorablemente la resistencia.Con la retirada cortada, los realistas vencidos retrocedieron desordenadamente quedando entrampados en el corral que circunda la ciudad, denominado Tagarete del Tineo, donde fueron diezmados por los criollos. El tramo final de la lucha se concentró alrededor de la Plaza Mayor, mientras el desbande y la persecución eran confusos y cruentos.
La calma llegó cuando desde la iglesia de La Merced doblaron campanas por la patria anunciando la rendición incondicional del invasor.Queda acordado que al día siguiente los soldados realistas salgan de la ciudad con los honores de la guerra, a tambor batiente y con las banderas desplegadas, y que a las tres cuadras rindan las armas y entreguen los pertrechos de guerra, quedando obligados por juramento, desde el general hasta el último tambor, a no volver a tomar las armas contra la Provincias Unidas hasta los límites del Desaguadero. Belgrano devolverá todos los prisioneros, a cambio de igual actitud por parte de los realistas, quienes deberán entregar los prisioneros patriotas que tiene Goyeneche en el Alto Perú.
Así desfilan 2.786 hombres. La caballería echa pie a tierra y rinde sus sables y carabinas; la artillería entrega sus cañones, carros y municiones. Belgrano dispensa al general Tristán de la humillación de entregarle personalmente la espada, y lo abraza ante todos los presentes.Tres banderas son los trofeos de esta victoria. Diecisiete jefes y oficiales fueron hechos prisioneros en el campo de batalla; hubo 481 muertos, 114 heridos, 2.776 rendidos. En total, 3.398 hombres que componían el ejército de Tristán, sin escapar uno solo. Además, diez piezas de artillería, 2.188 fusiles, 200 espadas, pistolas y carabinas y todo el parque y la maestranza.Luego de enterrar a los héroes del 20 de febrero de 1813, el General Manuel Belgrano colocó una humilde cruz de madera en la fosa común de los 600 guerreros muertos de ambos lados. El Gobernador Feliciano Antonio Chiclana la reemplazó, a pedido del mismo Belgrano, por otra cruz pintada de verde, con laleyenda cristiana ``A los Vencedores y Vencidos''. Las capitulaciones firmadas con Tristán, permitían a los realistas volver a sus casas, previo el juramento de no tomar nuevamente las armas contra las Provincias Unidas. Esta lenidad en las condiciones, desató, contra Belgrano, las críticas de los partidarios de una acción enérgica. "Siempre se divierten - le escribía a Chiclana: los que están lejos de las balas y no ven la sangre de sus hermanos... También son esos los que critican las determinaciones de los jefes. Por fortuna dan conmigo que me río de ellos, y hago lo que me dicta la razón, la justicia y la prudencia y no busco glorias sino la unión de los americanos y la prosperidad de la patria. . . ".
La Asamblea Constituyente. con fecha 8 de marzo, dispuso premiar a Belgrano con 4~0.000 pesos y un sable con guarnición de oro por el brillante triunfo obtenido.Generosamente declinó el obsequio Manuel Belgrano. Y al hacerlo, comprometió para siempre la gratitud de Tarija, Jujuy, Tucumán y Salta, para quienes dispuso, con ese dinero, la creación de cuatro escuelas. "Que renunciar, es poseer".

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PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE GRANADEROS POR ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE SALTA

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE SALTA
A principios de enero de 1813 el ejército se pone en marcha hacia el norte. Ya para el 11 de febrero el grueso de las tropas había cruzado el río Pasaje. Allí decide Belgrano que las tropas presten el juramento de fidelidad a la Asamblea General Constituyente que, con ; gran pompa, ha inaugurado sus sesiones en Buenos Aires el 31 de enero.Por tercera vez despliega la bandera celeste y blanca ante el ejército formado. "Éste será el color de la nueva divisa con que marcharán al combate los nuevos campeones de la patria", les dice. Y luego, personalmente, y en forma individual, toma juramento a los soldados. Sobre una margen del río se yergue un árbol eminente y frondoso. Cuando los ecos de la marcha de1 ejército se pierden a lo lejos, sobre el gigante vegetal, mudo testigo de la emocionante ceremonia, queda prendido en su tronco, una tablilla, grabada a punta de cuchillo, donde se lee Río del Juramento.En momentos en que el ejército comandado por el general Belgrano avanzaba hacia Salta con intención de vencer a las fuerzas españolas que bajo el mando del general Pío Tristán se encontraban a la sazón, acantonados en la ciudad de Salta; se encontró con un fuerte impedimento: la desmesurada fortificación que había realizado el general español del único paso de acceso a la ciudad, el portezuelo; lo que planteaba a su jefe una disyuntiva de hierro: entablar un combate en circunstancias desventajosísimas o desistir del propósito y retroceder. En tales circunstancias, el 17 de febrero de 1813, el capitán Apolinario Saravia, ayudante del Gral. Belgrano comenta el General Paz en sus memorias- "se ofreció para conducir al ejército y salvarlo, avisando al General que, como salteño y habitante de por allí, tenía conocimiento de una senda extraviada y así por nadie conocida que, pasando por el escabroso laberinto de las montañas, pues los cerros se suceden unos a espaldas de otros, y poblada de vegetación, conducía en su prolongación hacia el norte, por cosa de dos leguas entre el seno de los montes, hasta dar con una pequeña quebrada llamada de chachapoyas que desembocaba en la estanzuela de castañares, que estaba precisamente en el campo norte y lindero con la tablada de Salta, al opuesto lado de la sierra".El general Belgrano tras recorrer pormenorizadamente el itinerario propuesto dió órdenes de como proceder para que el ejército avancen por él. Esa noche, azotados por una lluvia espantosa, se inició la marcha de las fuerzas patriotas a través del fracturado terreno cubierto de espeso malezal, portando cincuenta carretas con pertrechos y doce piezas de artillería. La estrechez del camino y lo torrencial de la caída de las aguas por las laderas circundantes, agudizaban las dificultades que la quebrada presentaba de por si para semejante tránsito, más, la decisión, el fervor, el Ansia de libertad que todos y cada uno de los componentes de la fuerza llevaban en su corazón, los impulsaba para que la suma de dificultades no los arredraran en su empeño e hicieran que en el amanecer del día 18 arribaran a la finca de castañares donde permanecieron hasta las 11 de la mañana del día 19, cuando iniciaron su marcha a la chacras de Gallinato.El general Belgrano pernoctó el día 18 en una de las habitaciones de la casa de campo del Coronel Saravia, progenitor del capitán, su ayudante, que tan acertadamente había servido de guía.Haciendo uso eficaz del color tostado de su piel, este leal oficial a quien llamaban "Chocolate Saravia", ansioso por conocer la cantidad y calidad de las fuerzas de Tristán, tanto como las posiciones que ocupaban; vistiendo ropas similares a la de los aborígenes, arreando una recua de burros cargados de leñas marcha hacia la casa de sus padres sita en la calle Buenos Aires de la ciudad de Salta. Su disfraz le posibilitó cruzar frente al ejército realista y llegar a destino, donde entregó la carga de leña y regresar después a castañares para informar al General y posteriormente combatir junto a él.El ataque comenzó el día 19, a las 11 de la mañana, en la pampa de Castañares con el ataque a la posición realista por la retaguardia. Belgrano, seriamente enfermo, había preparado un carro para efectuar en él los desplazamientos, pero a último momento pudo reponerse y montó a caballo. 
LA BATALLA.
A las nueve de la mañana del día 20 se desplazó el Ejército Nacional cubriendo todo el ancho de la planicie que en leve plano inclinado lleva a la ciudad. Marchaba compacto sobre el centro con la caballería e infantería, separada por sectores, reserva plegada y dos columnas de caballería en ambos flancos. Tristán lo esperaba fortaleciendo el lado izquierdo de su formación, pues el flanco derecho se apoyaba sobe el cerro San Bernardo, donde había distribuido una columna de tiradores que obstaculizaran las cargas sobre ese sector. Precisamente esta disposición posibilitó al español controlar los ataques porque además de prevalecer en el llano rechazaba los avances sobre el flanco derecho por la eficaz acción de los tiradores del cerro y porque el terreno dificultaba las operaciones de caballería.
Al promediar el combate Belgrano cambió su táctica inapropiada. Movilizó la reserva, dotando de más efectivos de infantería y caballería y ordenó a Martín Dorrego, que había reemplazado al segundo jefe Díaz Vélez, gravemente herido, atacar vigorosamente ("... lléveselos por delante..."). Dispuso cargar simultáneamente con artillería y, luego de cruzar el campo, condujo él mismo la avanzada contra las barricadas del cerro.Al mediodía la situación varió. La furibunda carga de Dorrego arrasó el flanco izquierdo junto a las columnas de Zelaya, Pico, Forest y Superí (compartieron el honor de ser los primeros oficiales triunfantes de la ciudad) sostenían la persecución de las calles. En tanto el centro y el ala izquierda patriota fue quebrando inexorablemente la resistencia.Con la retirada cortada, los realistas vencidos retrocedieron desordenadamente quedando entrampados en el corral que circunda la ciudad, denominado Tagarete del Tineo, donde fueron diezmados por los criollos. El tramo final de la lucha se concentró alrededor de la Plaza Mayor, mientras el desbande y la persecución eran confusos y cruentos.
La calma llegó cuando desde la iglesia de La Merced doblaron campanas por la patria anunciando la rendición incondicional del invasor.Queda acordado que al día siguiente los soldados realistas salgan de la ciudad con los honores de la guerra, a tambor batiente y con las banderas desplegadas, y que a las tres cuadras rindan las armas y entreguen los pertrechos de guerra, quedando obligados por juramento, desde el general hasta el último tambor, a no volver a tomar las armas contra la Provincias Unidas hasta los límites del Desaguadero. Belgrano devolverá todos los prisioneros, a cambio de igual actitud por parte de los realistas, quienes deberán entregar los prisioneros patriotas que tiene Goyeneche en el Alto Perú.
Así desfilan 2.786 hombres. La caballería echa pie a tierra y rinde sus sables y carabinas; la artillería entrega sus cañones, carros y municiones. Belgrano dispensa al general Tristán de la humillación de entregarle personalmente la espada, y lo abraza ante todos los presentes.Tres banderas son los trofeos de esta victoria. Diecisiete jefes y oficiales fueron hechos prisioneros en el campo de batalla; hubo 481 muertos, 114 heridos, 2.776 rendidos. En total, 3.398 hombres que componían el ejército de Tristán, sin escapar uno solo. Además, diez piezas de artillería, 2.188 fusiles, 200 espadas, pistolas y carabinas y todo el parque y la maestranza.Luego de enterrar a los héroes del 20 de febrero de 1813, el General Manuel Belgrano colocó una humilde cruz de madera en la fosa común de los 600 guerreros muertos de ambos lados. El Gobernador Feliciano Antonio Chiclana la reemplazó, a pedido del mismo Belgrano, por otra cruz pintada de verde, con laleyenda cristiana ``A los Vencedores y Vencidos''. Las capitulaciones firmadas con Tristán, permitían a los realistas volver a sus casas, previo el juramento de no tomar nuevamente las armas contra las Provincias Unidas. Esta lenidad en las condiciones, desató, contra Belgrano, las críticas de los partidarios de una acción enérgica. "Siempre se divierten - le escribía a Chiclana: los que están lejos de las balas y no ven la sangre de sus hermanos... También son esos los que critican las determinaciones de los jefes. Por fortuna dan conmigo que me río de ellos, y hago lo que me dicta la razón, la justicia y la prudencia y no busco glorias sino la unión de los americanos y la prosperidad de la patria. . . ".
La Asamblea Constituyente. con fecha 8 de marzo, dispuso premiar a Belgrano con 4~0.000 pesos y un sable con guarnición de oro por el brillante triunfo obtenido.Generosamente declinó el obsequio Manuel Belgrano. Y al hacerlo, comprometió para siempre la gratitud de Tarija, Jujuy, Tucumán y Salta, para quienes dispuso, con ese dinero, la creación de cuatro escuelas. "Que renunciar, es poseer".

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PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE GRANADEROS POR ANIVERSARIO DE LA SORPRESA DEL TEJAR

ANIVERSARIO DE LA SORPRESA DEL TEJAR
La vanguardia del ejército patriota al mando del Coronel don Martín Rodríguez, que se había adelantado en misión de reconocimiento, fue sorprendida el 19 de febrero de 1815 por una división española en el paraje llamado El Tejar, frontera argentina en el Alto Perú. El jefe patriota fue tomado prisionero junto a su tropa. Sorprendido por el contraste imprevisto, el entonces Teniente don Mariano Necochea trató de resistir durante un tiempo con veinticinco Granaderos encerrados en un corral de piedras. Al ver inútiles los esfuerzos, montó un caballo en pelo y se lanzó como un rayo sobre la caballería enemiga; dividió la cabeza a un bravo soldado que trataba de detenerlo, y esgrimiendo su sable ensangrentado, se abrió paso fue siendo el único que se escapó rodeado por las fuerzas realistas.

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19/2/19

UNA CALUROSA MAÑANA DE 1826...

El 19 de febrero de 1826 los vecinos de la ciudad de Buenos Aires contemplaron con algo de asombro y un cierto toque de indiferencia a una caravana de carretas precedida por hombres de a caballo, que ingresaba a la ciudad de Buenos Aires. No era una tropa de reseros, no eran gauchos venidos desde alguna estancia, no eran comerciantes o proveedores de la pulpería. Había en ellos, a pesar de las ropas gastadas y polvorientas, a pesar de las barbas crecidas y el visible deterioro físico de algunos, una gallardía, una dignidad íntima, una cierta altivez en la mirada que provocaba inquietud y desconcierto. Pronto un rumor empezó a circular entre los vendedores ambulantes, los troperos de la plaza, algunos parroquianos de los bares de la zona, las chinas que marchaban con los atados de ropa para lavar en la costa. Esos hombres de mirada hosca, mal entrazados, eran, nada más y nada menos, los granaderos de San Martín que regresaban a su ciudad luego de catorce años de ausencia.
En efecto, mil hombres del flamante cuerpo de granaderos marcharon en su momento a Mendoza para incorporarse al Ejército de los Andes. Desde ese momento el regimiento estuvo en todas y no faltó a ninguna. Peleó en Chile, Perú, Ecuador, Colombia y Bolivia. Ganaron y perdieron batallas, pelearon bajo los rayos del sol y en medio de tormentas y borrascas; no dieron ni pidieron cuartel. Mataron y murieron sin otra causa que la de la patria. De sus filas salieron generales, oficiales y soldados valientes. Bolívar, Sucre y Santander ponderaron su disciplina, su coraje, ese orgullo íntimo que exhibían por ser granaderos. San Martín, tan ajeno a los elogios fáciles, dijo de ellos: “De lo que mis granaderos son capaces de hacer, sólo yo lo sé; habrá quien los iguale, quien los supere, no”. Don José sabía de lo que hablaba.
Pero regresemos al lunes 19 de febrero de 1826. Hacía calor en Buenos Aires, y cerca del mediodía no era mucha la gente que se paseaba por la zona de la Recova y la Plaza Mayor. A los rigores de la temperatura, se sumaban los avatares de la política. Bernardino de Rivadavia acababa de asumir la presidencia, un mandato otorgado por un Congreso que ya empezaba a ser impugnado por buenas y malas razones. Desde hacía unos meses, Brasil nos había declarado la guerra y, para escándalo de los ganaderos federales, el Congreso había iniciado el debate para capitalizar la ciudad de Buenos Aires.
No, no eran buenos aires los que soplaban en el Río de la Plata en esa calurosa mañana. Los vientos de la guerra soplaban amenazantes. La guerra contra Brasil, pero también las guerras civiles. Ni el gobierno ni los opositores tenían ganas de recibir visitas inoportunas, visitas que recordaran tiempos viejos y al nombre de San Martín; un nombre incómodo para una ciudad que no le perdonaba no haber movilizado a las tropas en Chile para defender a Buenos Aires del ataque de las montoneras federales de López y Ramírez.
La caravana llegó hasta la Plaza Mayor, los hombres ataron los fletes en los palenques y se protegieron de los rayos del sol bajo la sombra de la Recova. Nadie salió a recibirlos; no hubo ni ceremonias oficiales ni privadas. Nadie los esperaba y nadie parecía tener muchas ganas de hablar con ellos. Ellos tampoco se quejaron o levantaron la voz. Estaban acostumbrados a las ingratitudes.
Repuestos del viaje, el “trompa” Miguel Chepoya hace sonar su trompeta -la misma que vibró en San Lorenzo- frente a la Pirámide de Mayo. Algunos vecinos miran con desconcierto y algo de temor a estos “rotosos” que se comportan de un modo algo extravagante. ¿A quién se le ocurre hacer sonar una corneta ridícula un lunes a la siesta? Es verdad, ¿a quién se le puede ocurrir semejante cosa en el Buenos Aires de 1826? Después, en rigurosa formación, marchan hacia el Parque de Retiro donde dejan sus arreos. Sólo algunos curiosos los acompañan. Ni formación especial ni comitivas oficiales. Una semana después, la Gaceta Mercantil les dedica algunos renglones. Nada más. Tampoco ellos piden más. El único orgullo que se permiten estos hombres es ser soldados de San Martín y pertenecer al regimiento que para el Libertador era, como se decía entonces, la niña de sus ojos. La mayoría de ellos no conoce los entremeses de la política criolla. Seguramente no sabe quién es Rivadavia o Rosas; les basta con saber que conocieron a San Martín y que fueron sus soldados. Motivos tenían para estar orgullosos. Su destino militar en los últimos años estuvo unido a las guerras de la independencia. No faltaron a ninguna cita. Combatieron en Vilcapugio, Ayohuma, Sipe Sipe; desfilaron orgullosos por las calles de Montevideo; estuvieron en San Lorenzo, Chacabuco, Maipú y Cancha Rayada. Después se lucieron en Río Bamba. Pichincha, Junín y Ayacucho. El balance es elocuente: ciento diez batallas en las costillas.
Luego iniciaron el regreso a Buenos Aires. El 10 de julio de 1825 llegaron a Valparaíso bajo las órdenes del coronel Félix Bogado. Nada les resultó fácil. Ni en Valparaíso ni en Santiago los esperaban. Les habían prometido pagarles los sueldos atrasados y no lo hicieron; les habían prometido trasladarlos con las comodidades del caso, y tampoco lo hicieron. El coronel Bogado discutió con políticos chilenos y diplomáticos argentinos. El reclamo era más que modesto: caballos y carretas para regresar a Buenos Aires. Recién en Mendoza, un señor llamado Toribio Barrionuevo, sacó de sus bolsillos unos pesos para financiar el regreso.
El 13 de enero de 1826 salieron de Mendoza en una caravana de veintitrés carretas. Antes de partir, Bogado ordenó un recuento de armas y pertenencias: 86 sables, 55 lanzas, 84 morriones y 102 monturas. Setenta y ocho hombres son los que llegaron a Buenos Aires. De ellos, siete estuvieron desde el principio. Importa recordar los nombres de estos muchachos: Félix Bogado, Paulino Rojas, Francisco Olmos, Segundo Patricio Gómez, Dámaso Rosales, Francisco Vargas y Miguel Chepoya. Dos meses después, Rivadavia se acuerda de ellos y los designa escolta presidencial. Pero las desconfianzas y recelos persisten. Finalmente se corta por lo sano y los disuelven.
Veamos el destino de estos sobrevivientes: Félix Bogado, paraguayo y lanchero, se inició como soldado raso en San Lorenzo y concluyó su carrera militar con el grado de coronel. Cada ascenso lo logró en el campo de batalla. San Martín lo hizo teniente coronel y Bolívar, coronel. Murió en mayo de 1829 en San Nicolás. Estaba pobre y tuberculoso. Hoy un pueblo y numerosas calles lo recuerdan, pero en su momento nadie se acordó de él. El “trompa” Miguel Chepoya, iniciado en San Lorenzo, se dio el lujo de hacer sonar su trompeta en Ituzaingó. Es la última vez que lo hizo. Murió en su ley. Peleando contra un enemigo extranjero. José Paulino Rojas era cordobés. También estuvo en todas y en todas fue respetado por su coraje. Ninguna de esas virtudes alcanzaron para salvarle la vida. Rojas, enredado en las guerras civiles, murió fusilado en 1835.
De los otros, es decir de Vargas, Rosales, Olmos y Gómez no dispongo de datos. Es probable que mucho no haya. Por lo general, las grandes biografías no se escriben con las peripecias de estos hombres, cuyo exclusivo patrimonio son las cicatrices ganadas en los campos de batalla. Después, mucho después, llegarán los reconocimientos y los honores. Bartolomé Mitre dirá del Regimiento de Granaderos: “Concurrió a todas las grandes batallas de la independencia. Dio a América diecinueve generales y más de doscientos jefes y oficiales en el transcurso de la Revolución. Y después de entregar su sangre y sembrar sus huesos desde el Plata hasta Pichincha, se paró sobre su esqueleto y los soldados regresaron a sus hogares trayendo su viejo estandarte bajo el mando de uno de sus últimos soldados ascendidos en el espacio de trece años de campaña”. Buenas y bellas palabras, para hombres que aquel lunes de febrero de 1826 ni siquiera recibieron el saludo de los perros que entonces vagaban libres y salvajes por las calles de Buenos Aires.
Fuente: Rogelio Alaniz para el Diario “El Litoral”, 2013.-

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