UNA CARTA MUY ESPECIAL
Compartimos una de las tantas cartas que nos llegan a través de los mensajes privados de nuestra página por la Semana Sanmartiniana. Se trata de la experiencia y el agradecimiento de una docente por la visita de un Granadero a la institución donde ella trabaja.
Muchas gracias por todos los mensajes en especial por este que les transcribimos.
“En mi carácter de docente nivel inicial, cumpliendo funciones a cargo en el Jardín XXX de Villa Maipú partido de General San Martín. Me dirijo a usted por la presente, en relación a nota de estilo remitida a ese Regimiento con fecha 6 de marzo pasado. Que en el marco de la aproximación a la conmemoración por el fallecimiento de nuestro máximo prócer, libertador de la Argentina, Chile y Perú, tuvo por objeto, en la sola idea de ensalzar la celebración de reconocimiento al hombre que entregó su salud y su vida por la Patria, requerir a usted por la rogatoria, que desde su posición, pudiera arbitrar los medios para brindarnos el honor a alumnos, familiares, docentes y directivos de esta institución, a recibir la visita de un efectivo del regimiento a su cargo. Que felizmente para nosotros, por causa de la grandeza de su buena voluntad, fue oído y se hizo posible. Resultando efectiva, en no mejor fecha que la víspera a la honrosa conmemoración oficial del Gran Jefe. Así, este 16 pasado por la mañana, siguiendo el acuerdo precitado, nos apersonamos en la guardia de prevención del Regimiento de Granaderos, dónde con sobrada calidez y amabilidad fuimos recibidos por el Sargento Ayudante Torres, que una vez tramitadas con él las acreditaciones de rigor, nos presentó con mucho gusto ante el Granadero Emanuel, con quien finalmente nos trasladamos hasta la institución educativa, ansiosos por dar la sorpresa a nuestros alumnos. Difícil resulta ilustrar en palabras, incluso para pintar solo un poco, la felicidad que ha regalado usted a esta comunidad con su decisión de dar lugar a nuestro requerimiento original. Caritas iluminadas de alegre sorpresa dieron marco al acto escolar, cuando de repente se vio el ingreso de un Granadero del General San Martín. Notable impresión primero que los dejó boquiabiertos. Empujones hacia él después para tocar sus manos, su indumentaria y sus botas con alguna timidez, que pérdida, dió lugar a la confianza para ir a atraparlo con cantidades de pequeños abrazos. Emanuel, venerable Granadero esa mañana, se vió ante una lluvia de preguntas ocurrentes propias de esa edad y otras algo sorprendentes. Compartió la jornada escolar completa instruyendo a “los futuros granaderos” con la descripción de su uniforme, formalidades, saludo uno a la bandera, estudios a seguir para se Granadero, cuidados del caballo, actividades en el Regimiento. Y si en algún momento creyó que iba a ser fácil. Repentinamente le llegaron las preguntas más difíciles. Debió aclarar que no tuvo el gusto de conocer al General San Martín de modo personal, ni luchó contra los realistas. Así también debió responder sobre su amistad con los Patricios. Quien alimenta los caballos, cuando duermen, quien cuida las armas y espadas y si lo enoja la batalla pérdida en Cancha Rayada. Todas que debemos reconocer, supo responder categóricamente, con altura, claridad y notable idoneidad en cuanto a la biografía del General y su gesta. De modo tal, que todos sus pequeños consultores supieron oírlo con atención y comprenderlo sin dificultad. Finalmente, posterior a disfrutar de la hora de la merienda compartida, llegó el cierre con el acto de conmemoración para el turno tarde y así la triste y emotiva despedida de los pequeños granaderitos de su jefe Emanuel. Quedará sin duda en la memoria de cada una de estas personitas este gran día. Cuando aprendieron que por la Patria, si es necesario, bien vale hacer cualquier supremo esfuerzo de voluntad por los deseos de libertad y justicia. Sin más, por la presente, este personal docente y directivo, por la inmensa deuda de gratitud que hemos contraído, cumple en traer a su conocimiento, el eterno agradecimiento que por su inmenso y apreciado gesto altruista son usted y todo el personal a su cargo merecedores. Así, de cuanta gratitud le debemos también al destino por habernos permitido sumar a este Regimiento en nuestro objetivo de educar y formar futuros buenos hombres y mujeres para la Patria, solo Dios lo sabe. Por su invaluable gesto, nuevamente hago propicia la oportunidad para reiterarle a usted en nombre de esta institución educativa, mi más distinguida consideración y agradecimiento. Saludo a Ud. Atte.” ANALIA V. S.
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