29/1/19

¿POR QUE ES TAN IMPORTANTE LA VISPERA DE NAVIDAD?

Para los fieles la víspera de Navidad representa el punto más sagrado y emocionante de las festividades invernales que anuncia el momento de celebrar el nacimiento de Jesús. Para los creyentes más fanáticos el hecho de haber nacido Cristo puntualmente la medianoche del 25 de diciembre representa una antiquísima tradición, pero, dado que no tenemos idea cuando tuvo lugar ese nacimiento, las posibilidades de que este sea el minuto correcto de todo el año son de quinientas mil a una. Esto no desanima a los verdaderos creyentes, quienes en todo el mundo se congregan para celebrar la Misa de Medianoche.
Al escuchar las campanas que anuncian la medianoche experimentan de nuevo la sensación de que Cristo entra en el mundo en tanto que el diablo lo abandona; poderoso momento emocional para quienes sustentan una fuerte fe personal.
Tan intensa puede llegar a ser esta experiencia como para explicar porque a dado pie a tanto folcklore antojadizo a través de los años, buena parte del cual se centra en el concepto del nacimiento en el establo con el niño Jesús rodeado de animales. Esto dio lugar al mito de que en el preciso momento del nacimiento, todos adquirieron repentinamente la facultad de hablar y comportarse como seres humanos y, volviéndose hacia el Este, se arrodillaron a orar.
Lo curioso de esta leyenda es que, a diferencia de otras, puede someterse a fácil comprobación, ya que es tarea sencilla salir al campo a medianoche la víspera de Navidad para constatar si los animales conversan entre si. No obstante el folcklore tiene a protegerse de estos riesgos, y fue asi que se dio amplia difusión a una segunda superstición, consistente en asegurar que quien llegase a oír hablar a los animales quedaría expuesto a una horrible aunque no especificada desgracia.
La idea más extravagante era aquella que aseguraba que la víspera de Navidad todas las abejas que invernaban despertarían y, al unísono, comenzarían a canturrear el salmo número cien. Al mismo tiempo se abrirían las puertas del Paraíso, y por unos instantes se permitiría el ingreso al cielo de cualquiera, fuese este un santo piadoso o un pecador irremediable.
Tan poderosa era la influencia de Jesús recién nacido que, al repicar las campanas a medianoche, todas las brujas, duendes y malos espíritus perderían por completo su capacidad para realizar sus usuales actos de maldad.
La Misa de Medianoche es la mas antigua de las costumbres cristianas de las fiestas navideñas, y obviamente le confiere su nombre ya que la palabra “Christmas” (Navidad) proviene del inglés antiguo “Cristes maesse”. Se celebra desde el siglo V cuando el Papa la oficiaba en Roma en la Iglesia de Santa María la Mayor. Tradicionalmente se celebraban tres misas: una a la medianoche, otra al cantar el gallo, y una tercera a plena luz del dia.
Hay quienes atribuyen mayor importancia a la misa que se celebra al cantar el gallo, y que tiene lugar justo antes del amanecer, y esto se debe a que se atribuye al gallo el haber cacareado para anunciar el nacimiento. No obstante hoy en día la gente prefiere preludiar con una noche de buen sueño los arduos festejos del día de Navidad.
Fuente: “Tradiciones de Navidad”, Desmond Morris, Editorial Emecé, Buenos Aires 1993.

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