18/12/17

¿POR QUE SE HACEN REGALOS EN NAVIDAD?

El acto de intercambiar regalos entre quienes existen lazos de afecto es la más antigua de las costumbres invernales, y su remoto origen se remonta al Neolítico, unos diez mil años atrás, cuando la especie humana comenzó a reemplazar la inseguridad de una existencia cazadora por las mayores garantías de una vida dedicada a la agricultura, con cuyo arribo por vez primera existió una abundancia de comida. Con esto se hizo posible el acopio de víveres, lo cual permitió superar los fríos y duros meses invernales. Era necesario distribuir estas provisiones poco a poco a medida que transcurrían los días de invierno, pero cuando se llegaba a la mitad de esa estación lo peor había ya pasado. Los días malos se alejaban y la primavera pronto arribaría, lo cual demandaba gran celebración y una relajación del estricto racionamiento de tan precioso acopio. Se organizaba una fiesta.
Cada granjero tenía su especialidad, de modo que para hacer la fiesta lo más variada posible, se procedía a un intercambio de viandas para que todos pudiésen disfrutar de la rica exhibición de manjares.
Este trueque de comidas dio origen a la costumbre invernal de intercambio de regalos, y se convirtió en el centro de las festividades. Todo lo posterior se centró en torno a ello.
A través de los siglos los obsequios dejaron de ser exclusivamente comestibles. En antiguas civilizaciones tales como la de Roma, la ceremonia de intercambiar presentes se tomó en extremo minuciosa, y dio lugar a múltiples supersticiones, en especial a las que establecía que el no hacer regalos en esas fiestas atraía mucha mala suerte. El miedo al castigo por no cumplir con un hábito siempre ha representado un poderoso acicate para mantener o elaborar una cierta tradición.
Con el advenimiento de la era cristiana el ritual muy popular de los regalos enfrentó un desafío. Visto su origen claramente pagano los primeros cristianos intentaron suprimirlo pero el gran prestigio que había adquirido les negó el éxito.
En consecuencia modificaron su estrategia, adoptando aquella que estipula que si no puedes suprimir algo debes tomarlo prestado, convertirlo, o hacerlo tuyo.
En su flamante contexto cristiano el hacer regalos en Navidad simbolizaba el ofrecimiento de presentes al Niño Jesús por parte de los hombres sabios del Este, y se decía que con esto se demostraba la ausencia de egoísmo del ideal cristiano. Esto puede haber sido innegable en el caso de ciertos regalos hechos a los pobres y los necesitados que no estaban en condiciones de reciprocar, pero no reflejaba la verdadera naturaleza del intercambio que siempre tuvo lugar entre familiares o amigos íntimos, basado en el muy diferente concepto del beneficio mutuo.
Sería erróneo despreciar el intercambio de regalos, considerándolo inferior al dar a los necesitados. Representa mucho más que un egoísta deseo de provocar reciprocidad. Merced al acto de intercambiar obsequios, grupos íntimos, ya sea de familiares, amigos o colegas, fortalecen sus vínculos sociales. Los regalos se transforman en símbolos de obligación.trae apareado un poderoso sentimiento de apego social, y una más intensa impresión emocional de pertenecer, y esto, más que cualquier otra razón, es lo que da la sensación de "calor" a una exitosa Navidad.

Fuente: “Tradiciones de Navidad”, Desmond Morris, Editorial Emecé, Buenos Aires 1993.

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