22/9/15

EL MAS BRILLANTE DESFILE DE MI CARRERA

A fines de 1933 volvíamos de la Cambai, situada al Norte del río Mocoretá en la provincia de Corrientes.
Luego de realizar unas maniobras muy lluviosas, ya atravesamos el nombrado río, con 1000 metros de ancho a nado y 5 kilómetros de bañado, cansados y con la ropa húmeda.
A la cabeza de la columna marchaba el Teniente Coronel Donovan con su ayudante, el Subteniente Espinosa. Atrás de ellos marchaba yo con la bandera de guerra enfundada, luego los cinco escuadrones. Serían las 11 horas y el sol rajaba la tierra y la humedad era insoportable. Desde una lomada vimos un grupo de chicos, acompañados por una maestra de no más de 20 años que corrían hacia el camino. Al fondo, se divisaba una escuela rancho y su bandera.
El Teniente Coronel Donovan ordenó al corneta órdenes de alto y el regimiento se detuvo. Luego hizo tocar 'prepararse para desfilar' y a mí me ordenó: 'Subteniente: desenfunde la bandera'. Hizo pasar la banda al frente y esperamos que la señorita maestra llegara con los chicos al alambrado. Arrancó la banda y él se dirigió hacia el grupo de argentinos y saludando a la señorita pidióle permiso para iniciar el desfile con su sable desenvainado. Los chicos eran una sola boca abierta y la maestra lloraba, digo mal: sollozaba. Estábamos listos y todo el Regimiento 6° de Caballería rindió honores a ésa maestra y a sus alumnos, mientras las lágrimas brotaban silenciosas y ese grupo humano argentino miraba absorto a las armas de la Patria que reconocían sus sacrificios por hacer cada día algo por la Argentina.
Fue para mí el más brillante desfile de toda mí carrera militar, que hoy a mis 86 años (fue escrito en 1998) me emociono hasta las lágrimas cuando recuerdo el momento que Dios me permitió vivir.
Mayor de Caballería Luis Noailles French.-

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