10/9/15

UN ALTO PARA ALMORZAR

Las marchas a caballo son agotadoras tanto para el personal como para el ganado. Una vez arribados al lugar, se aprovechaba para echar pie a tierra, tras la clásica orden heredada de las costumbres del hombre de campo: "Acaricien y desmonten". Es el momento en que el ganado y personal aflojan las tensiones y los músculos y se aprovecha para hacer las rondas de mate y dar algún alimento al leal amigo.
Aquí vemos a un Granadero alimentando a su caballo luego de una larga marcha desde el Histórico Cuartel de Palermo hasta el Congreso Nacional con motivo de la apertura de sesiones ordinarias.

Carlos Ravazzani.

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