En este día, recordamos con admiración y orgullo a todos los grandes hombres y mujeres que ofrendaron su vida por la patria.
“Querido papá; cuando recibas esta carta, yo ya estaré rindiendo cuentas de mis acciones a Dios, Nuestro Señor. Él, que sabe lo que hace, así lo ha dispuesto: que muera en el cumplimiento de la misión. Pero fíjate vos ¡qué misión!”.
Con estas palabras comienza la carta que dejó el Teniente Roberto Estévez a su padre antes de embarcarse hacia las Islas Malvinas con el Regimiento de Infantería 25. La escribió en caso de que muriese cumpliendo con su juramento de fidelidad a la enseña patria. Y así ocurrió en Pradera del Ganso el 28 de mayo de 1982...
En este día tan especial rindamos un merecido homenaje a todos los camaradas y hermanos que construyeron con su sangre un destino para las generaciones futuras y legaron un ejemplo que nos honra y enorgullece, y del que abrevamos para forjar la patria grande que los argentinos anhelamos.
Hagamos un alto en las actividades diarias para elevar nuestras oraciones a Dios, pidiendo por el eterno descanso de todos aquellos que cumpliendo con su deber enaltecieron al Ejército y a la Nación Argentina. Honrar su memoria es una responsabilidad de cada uno de nosotros y su sacrificio no habrá sido en vano. “Para Dios no hay Soldado desconocido”
“Querido papá; cuando recibas esta carta, yo ya estaré rindiendo cuentas de mis acciones a Dios, Nuestro Señor. Él, que sabe lo que hace, así lo ha dispuesto: que muera en el cumplimiento de la misión. Pero fíjate vos ¡qué misión!”.
Con estas palabras comienza la carta que dejó el Teniente Roberto Estévez a su padre antes de embarcarse hacia las Islas Malvinas con el Regimiento de Infantería 25. La escribió en caso de que muriese cumpliendo con su juramento de fidelidad a la enseña patria. Y así ocurrió en Pradera del Ganso el 28 de mayo de 1982...
En este día tan especial rindamos un merecido homenaje a todos los camaradas y hermanos que construyeron con su sangre un destino para las generaciones futuras y legaron un ejemplo que nos honra y enorgullece, y del que abrevamos para forjar la patria grande que los argentinos anhelamos.
Hagamos un alto en las actividades diarias para elevar nuestras oraciones a Dios, pidiendo por el eterno descanso de todos aquellos que cumpliendo con su deber enaltecieron al Ejército y a la Nación Argentina. Honrar su memoria es una responsabilidad de cada uno de nosotros y su sacrificio no habrá sido en vano. “Para Dios no hay Soldado desconocido”
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