16/12/14

EL MATE

Infaltable compañero en cualquier momento del día, antes o luego de la formación, siempre es bienvenido y hasta necesario.
Hace algunos años, las marchas a pie o a caballo eran agotadoras tanto para el personal como para el ganado. Las condiciones atmosféricas adversas actuaban como efectos multiplicadores y hacían indispensable realizar altos de marcha periódicos. En ellos, se aprovechaba para echar pie a tierra, tras la clásica orden heredada de las costumbres del hombre de campo: "Acaricien y desmonten". Era el momento en que el ganado y personal aflojaban las tensiones y los músculos y se aprovechaba para hacer las rondas de mate.
Fuente: Soldados 1848-1927 de Editorial Soldados.

Carlos Ravazzani.-

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