20/12/14

POR QUE TODOS NOS IMAGINAMOS UNA BLANCA NAVIDAD.

La inesperada respuesta es: porque en los primeros ocho años de la vida de Charles Dickens su navidad fue blanca.
Recordando su niñez enormemente nevada, Dickens aprovechó para escribir su famoso cuento "Un villancico navideño", publicado en diciembre de 1843, cuento que se convirtió en bestseller, y que el autor describió a un amigo como "un suceso prodigioso; creo que el más grande que he logrado".
Quienes lo leyeron se sintieron afectados por el tema, y de allí en adelante, un poco más sentimentales con respecto a la Navidad. Al hacer su crítica Thackeray fue generoso en sus alabanzas, comentando que: "Un filósofo escocés, que normalmente no observa la Navidad, ordenó un pavo con el cual agasajar a dos amigos y esto es verdad".
Esta perdurable imagen creada por Dickens lanzó el mito de que una buena Navidad debería ser blanca, y paisajes nevados se convirtieron en las ilustraciones comunes de todo producto asociado con la Navidad.
Exactamente un siglo después que Dickens escribió su cuento, Hollywood produjo una película protagonizada por Bing Crosby y Fred Astaire, titulada Holiday Inn, cuya canción I'm dreaming of a white Christmas (Conocida en el mundo hispano como Navidad Blanca) ganó el Premio de la Academia. Su aparición en plena Segunda Guerra Mundial causó un tremendo impacto sobre un mundo que ansiaba una paz simbolizada por el espíritu navideño; se convirtió en un éxito permanente que es repetido año tras año. En 1954 Hollywood reeditó ese éxito con otra película que llamó Navidad Blanca, en la cual Crosby cantó de nuevo la famosa canción.
Es sorprendente que pese a esta perdurable leyenda del típico día de Navidad en la cual la nieve cae fuerte y pareja, Inglaterra sólo ha conocido dos Navidades de este tipo en todo el siglo XX. De acuerdo a las estadísticas de la Oficina Meteorológica de Londres, hubo fuertes nevadas los días de Navidad de 1938 y 1970.
Un experto en investigaciones climáticas lo ha definido de la siguiente manera: "La idea de una Navidad blanca es bastante mítica, pues tanto éste como los días anteriores y posteriores poseen buenos antecedentes solares. El cuadro más característico es de un período tranquilo y soleado entre momentos más ásperos". Parecería entonces que a menos que nos embarquemos en un feriado en el exterior, dedicado al esquí, la Navidad Blanca seguirá representando un sueño.

Fuente: “Tradiciones de Navidad”, Desmond Morris, Editorial Emecé, Buenos Aires 1993.

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