"Suegrito, querido “tata”
Le habla su yerno, el “doctor”,
Desde el hotel Gran Señor
Donde paro en Mar del Plata.
Es asunto es que se trata
De un compromiso de honor,
Me jugué entero a un color
Y el muy ladino y traidor
“No quiso darse” ni “vino”
Y van a embargarme el Ford.
La cosa fue porque Lala
Su hija menor y Pirula,
Me arrastraron a la “rula”
En base a una martingala.
Un ascua de oro la sala
Había, viejo, que verla
Y las fichas ver barrerlas
Le aseguro sin engaño,
Que eso fue el más lindo baño
Que nos dimos en el mar.
Ahora estamos varados
Sin tener para el hotel,
Esperando el giro aquel
Que le pedí días pasados.
Usted que vende al contado
Ladrillos, cal y cemento,
Póngase en buen sentimiento
Piense un poco en mi apellido
Que va a quedar malherido
Porque aquí hace falta “vento”.
Acuérdese del adagio:
“Dad de comer al hambriento”
Crea en mi arrepentimiento
Sálvenos de este naufragio,
Mucha bronca aquí presagio
Pensarlo sólo da horror...
Cuando volvamos, señor
Lo comeremos a besos
Mándeme veinte mil pesos
¡Es una deuda de honor!"
Miguel BucinoCarlos Ravazzani.-
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