Quizá resulte difícil creerlo, pero el moderno Papá Noel o Santa Claus debe su vestimenta no a una antigua leyenda o temprana mitología sino a la Coca-Cola Company, y a continuación presentamos evidencias concretas para avalar nuestra extraña afirmación:
Hace mucho tiempo Papá Noel era presentado luciendo los más variados atuendos, a veces verdes, púrpura, celeste, azul oscuro, marrón o rojo, y algunas ilustraciones lo mostraban como una figura multicolor vestido con, por ejemplo, pantalones azules, chaleco amarillo y chaqueta roja. En algunos casos sus vestiduras mostraban adornos de piel marrón, negra o blanca, y a veces se lo veía cubierto íntegramente de pieles o de cueros.
En la cabeza solía llevar una corona de muérdago, un sombrero de copa, un casquete, un gorro de dormir o una puntiaguda capucha. En algunas ocasiones se lo presentaba
luciendo una corona hecha de copas de vino o de botellas, y con frecuencia sus manos sostenían un generoso vaso de vino.
También era habitual mostrarlo fumando una pipa de arcilla.
Asimismo variaba el corte de sus ropas que podían ser un sacón largo con zapatos o pesadas botas negras. A veces, en su rol de Papá Noel, se asemejaba a un próspero borrachón, y en otras ocasiones, en su rol de San Nicolás, más parecía un airoso obispo. En otras palabras, tiempo atrás distaba de ser una figura uniforme, y aquí ni siquiera nos es de utilidad Clement Moore quien dijo simplemente:
"Vestía con pieles de pies a cabeza, con sus ropas manchadas de ceniza y hollín."
Más tarde, y con frecuencia, se lo mostraba ataviado con un confortable enterizo de piel, pero el siglo XIX no produjo un estilo dominante.
Todo esto cambió alrededor de 1930. La Coca-Cola decidió utilizar a Papá Noel en su campaña publicitaria invernal, y en 1931 contrató a un artista norteamericano de nombre Haddon Sundblom, y le encomendó la misión de recrear y precisar la figura del viejo caballero. La imagen de Sundblom inundó el mercado desde comienzos de la década del 30 a comienzos de la del 60, y se convirtió en la imagen del obsequiador navideño.
De la variedad de colores que engalanaban las ilustraciones anteriores, Sundblom escogió aquellos que hacían juego con los colores oficiales de la Coca-Cola —rojo y blanco— y para cuando concluyó su campaña ya nadie pensó en mostrar a Santa Claus o Papá Noel en otros colores que no fuesen esos.
Descartó la corona de muérdago, el sombrero de copa, la mitra obispal y la capucha puntiaguda, seleccionando en cambio un gorro de dormir suelto, rojo con ribetes blancos y un pompón de idéntico color en la punta.
En reemplazo del enterizo de piel o un largo sacón, diseñó una túnica que llegaba hasta los muslos, ajustada por un ancho cinturón negro, la cual, como el gorro, lucía ribetes de piel blanca. También rojos eran los pantalones, enfundados en pesadas botas negras.
Desaparecieron los vasos de vino y la pipa de arcilla, reemplazados.., por qué otra cosa sino por una inofensiva botella de Coca-Cola. El viejo borracho de la pipa se convirtió en personaje circunspecto, vestido con alegres colores disneyanos, que exudaba alegría y generosidad de tío dispendioso. En suma, un visitante navideño higienizado, estrictamente para niños, que barrió con todos sus antecesores. Por la vía del cine trascendió las costas norteamericanas para convertirse en imagen mundialmente reconocida.
En la Gran Bretaña actual la mayoría de los Santa Claus responden al diseño americano, pero aún se ve la vieja versión de largo gabán, en especial en el norte. Hemos adoptado los colores rojo y blanco, pero parecemos renuentes a hacerlo con el gorro de dormir americano, prefiriendo retener la capucha que se nos antoja más digna.
Puede llegar a escandalizar a algunas personas el pensar que un fenómeno tan moderno como la Coca-Cola ha llegado a influenciar algo tan tradicional como la Navidad, pero a través de su historia las campañas publicitarias de esta empresa siempre han captado expertamente la tónica del momento. En la década del 30, durante los años de la Depresión, deben de haberse percatado que la gente deseaba una imagen cálida y generosa, y eso se lo dieron con esta nueva y querendona figura de Santa Claus. Con la llegada de los alocados años 60 de pronto pareció estar fuera de foco y fue prestamente reemplazado por las estrellas pop del momento, pero ya la imagen de Papá Noel creada por la Coca-Cola estaba firmemente establecida y, según sus propias palabras, "los cuadros del Santa de Sundblom habían capturado los corazones de todos para convertirse en la aceptada representación del viejo y alegre duendecillo".
Fuente: “Tradiciones de Navidad”, Desmond Morris, Editorial Emecé, Buenos Aires 1993.
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