29/12/16

¿POR QUE ENVIAMOS TARJETAS DE NAVIDAD?

Porque Sir Henry Cole no pudo enfrentar la perspectiva de enviar cartas escritas de su puño y letra a su enorme círculo de parientes, amigos y conocidos cada Navidad.
Cole era un hombre atareado y enérgico que siempre encaraba nuevos planes y proyectos, el Museo de Victoria y Albert, el Real Colegio de Música, el Albert Hall y hasta los Baños Públicos fueron productos de su emprendimiento.
A comienzos de la década de 1840 Cole pidió a un miembro de la Real Academia de nombre John Horsley que le diseñara una tarjeta de Navidad. Horsley entregó el encargo en noviembre de 1843, y Cole mandó imprimir mil copias sobre una resistente cartulina por el procedimiento de litografía, y luego las hizo colorear a mano. Fueron vendidas en el número 12 de Old Bond Street en Londres, donde Cole publicaba libros ilustrados para niños, al precio de un chelín cada una, pero el proyecto fracasó pues el público no estaba aún preparado para este tipo de saludo navideño. Cierto sector puritano hasta lo halló de mal gusto.
Cole evidentemente se había adelantado a su tiempo, y cabe preguntarse cómo llegó a inventar algo que con posterioridad se tornaría inmensamente popular a escala mundial. ¿Qué influencias lo movieron a crear la primera tarjeta comercial navideña?
Ya existían tarjetas de salutación de otros tipos que pudieron haberle dado la idea. Tarjetas de Año Nuevo existían y eran moda desde el siglo XV en Europa, y en Inglaterra eran populares las tarjetas de San Valentín. También era común que a los escolares ingleses se les asignara al final del período de invierno la tarea de diseñar "piezas de Navidad" para sus padres. Estas consistían en hojas de papel cuyos bordes estaban adornados con motivos estacionales, dentro de las cuales debían redactar en su mejor caligrafía un mensaje de amor navideño.
Otro importante ingrediente sumó su influencia. En el año 1840 el costo de despachar correspondencia sufrió una drástica revisión. Con anterioridad enviar una pequeña carta costaba cuatro peniques, suma importante en aquel tiempo, pero la dramática reforma introdujo la estampilla postal y el franqueo se redujo a un penique, lo cual tomó financieramente viable el envío de grandes cantidades de tarjetas navideñas. ¿Quién fue el activo secretario de la comisión que promovió la reforma postal? ¡Pues quién sino el mismísimo "padre de la tarjeta de Navidad", Henry Cole!
Pese al fracaso de su proyecto inicial, otros seguirían eventualmente el ejemplo de Cole. Alrededor de 1860 se descubrió un nuevo método para imprimir en colores, que permitió reducir el precio de las tarjetas. Luego, en 1870, se innovaron una vez más las tarifas postales al introducirse una nueva estampilla de medio penique para cubrir el franqueo de tarjetas, lo cual motivó un verdadero diluvio de cartones navideños, muchos de ellos sensiblemente mejorados en su diseño y elaboración. Se hicieron tan populares y generaron tanto placer que, inevitablemente, algunos Scrooges* (Malvado personaje de los Cuentos de Navidad de Charles Dickens) navideños hicieron oír sus protestas. Una iracunda carta dirigida al diario The Times en 1877 las condenaba como un "mal social". Pero ya nada podía detenerlas, y hoy en día, solamente en Gran Bretaña, más de mil millones pasan por el correo cada diciembre.
A mediados del siglo XIX los Estados Unidos importaron algunas tarjetas inglesas, pero en 1875 descubrieron su propio "padre de la tarjeta navideña", un inmigrante alemán de nombre Louis Prang, experto litógrafo. Vivía en Boston, y pronto su negocio prosperó gracias a esta nueva moda.
Tal vez uno de los más sorprendentes rasgos de las primeras tarjetas sea la manera en que evitaban todo tipo de imaginería cristiana. La primera, diseñada por Cole, exhibía como motivo central a una alegre familia en evidente actitud de ingerir grandes cantidades de alcohol. Sus vasos repletos estaban alzados para brindar, y el mensaje escrito deseaba "Una alegre Navidad y un Feliz Año Nuevo para Ti". Este mensaje ha perdurado, y no es por accidente que la palabra "alegre" se ha convertido gradualmente en sinónimo de "intoxicado". (Algunos victorianos se enfurecieron por el hecho de que la familia de la tarjeta de Cole incluía a niños pequeños bebiendo alcohol.)
Además de celebrar los aspectos festivos de la Navidad mediante Papás Noel de generoso porte, enormes budines y tentadoras botellas de vino, las primeras tarjetas también mostraban una amplia gama de diversiones estacionales tales como juegos de salón, el espectáculo de títeres Punch & Judy, bailes, escenas de patinaje sobre hielo, hombrecitos de nieve, parejas compartiendo crackers y personas descolgando regalos del árbol.
Otras tarjetas victorianas mostraban paisajes nevados, muérdago, rosas, arreglos florales y, aunque parezca extraño, desnudos de niñas pequeñas que apenas habían alcanzado la pubertad. (Esto tiene que haberle resultado especialmente desagradable a quien diseñó la primera tarjeta de Navidad, John Horsley, quien alcanzó tal fama en su campaña contra los desnudos en el arte que se ganó el mote de "Horsley, el vestido".) Raramente se veían imágenes sagradas tales como escenas de la Natividad o a tres reyes siguiendo a una estrella.
El porqué de este prejuicio no deja de ser un misterio. Tal vez se juzgó a la tarjeta navideña demasiado trivial para ser portadora de mensajes religiosos, o acaso —como se hace cada vez más evidente a medida que se observa más de cerca la Navidad— el elemento cristiano nunca ha sido tan prominente como sería de desear.

Fuente: “Tradiciones de Navidad”, Desmond Morris, Editorial Emecé, Buenos Aires 1993.

¿POR QUE LA NAVIDAD DURA DOCE DIAS?

"El décimo día de Navidad mi amor sincero me envió 
Doce caballeros saltando, once damas danzando, 
diez gaiteros tocando, nueve tambores redoblando,
ocho mozas ordeñando, siete cisnes nadando, 
seis gansos empollando, cinco anillos de oro, 
cuatro pájaros negros, tres gallinas francesas, 
dos tórtolas y una perdiz en un peral."

Todos conocen estos versos, pero ¿Por qué deben ser doce días? La respuesta es que según la tradición esa cantidad de días precisaron los Tres Reyes para dar con el paradero del Niño Jesús. Su arribo el duodécimo día dio lugar —muchos siglos después— a la creación de la Fiesta de la Epifanía. Celebrada primero en Francia, en tiempos medievales, luego se difundió por el mundo entero.
Tiempo atrás el tiempo de Navidad duraba mucho más, pero tuvo lugar un movimiento para hacer que los labriegos regresaran a sus labores con mayor premura, y en consecuencia la etapa festiva fue acortada de modo de concluir la Duodécima Noche, el 6 de enero. El lunes inmediatamente posterior a la Epifanía se llamó el Lunes del Arado por ser el momento en que se esperaba a los labriegos de regreso en sus faenas.

Fuente: “Tradiciones de Navidad”, Desmond Morris, Editorial Emecé, Buenos Aires 1993.

¿POR QUE SE DECORA EL ÁRBOL DE NAVIDAD CON ESFERAS DE VIDRIOS DE COLORES?

Cierta manera de decorar el árbol de Navidad goza de una historia muy especial. Las bombitas de colores presentan varias formas, pero en esencia son esferas de vidrio colgante, de paredes muy finas, y superficie espejada. Existen muchas versiones, pero ése es el diseño básico.
Su origen es bastante insólito. Alrededor de doscientos años atrás, los sopladores de vidrio de Bohemia sufrían de exceso de calor y de trabajo. Durante la larga jornada de trabajo entre las llamas sufrían una sed tremenda que apagaban con creciente eficacia a medida que transcurrían las horas. El fin del día los encontraba de ánimo festivo, rivalizando como niños en su afán de soplar la burbuja más grande. Concluida la competencia las burbujas eran descartadas, hecho que no pasó inadvertido a sus mujeres, quienes las rescataron para llevarlas a los mercados navideños y allí venderlas como novedades.
Llevadas a los hogares y colgadas en las puertas de las casas como motivos de original decoración, las burbujas de colores no tardaron en adquirir propiedades mágicas, las cuales aumentaron su prestigio y las ventas. Se les dio el nombre de "Bolas Espirituales", y se adujo que el mal de ojo no tenía acceso allí donde se las exhibía. Se explicó que su especial valor residía en su "reflexión circular" que hacía que el mal de ojo se viese reflejado en ellas cuando intentaba introducirse en las casas, lo cual le resultaba intolerable. Con posterioridad este recurso se utilizó en muy variados contextos. (Los bronces muy lustrados que se les colgaba a los caballos de trabajo eran discos chatos que obedecían a la necesidad de protegerlos contra este flagelo.)
Las primeras bombitas de colores resultaban demasiado grandes y pesadas para colgar de los árboles de Navidad, pero muy pronto los sopladores, que no tardaron en percatarse de las ventajas que ofrecía este nuevo y redituable adorno, comenzaron a fabricar bombitas más pequeñas con dispositivos para adherirlas a las ramas del árbol. Luego, en 1863, llegó el gas y la posibilidad de controlar las llamas, y con su advenimiento los artesanos bohemios crearon pequeñas bolas de vidrio, de paredes muy delgadas, y allí nació la moderna bombita del árbol de Navidad. Alrededor de 1870 las fábricas de vidrio de Bohemia trabajaban incansablemente exportándolas al resto del mundo. Lo que nació como juego de borrachos acabó como importante industria navideña.

Fuente: “Tradiciones de Navidad”, Desmond Morris, Editorial Emecé, Buenos Aires 1993.

GRANADEROS

Oficial del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martín" al frente del Cordón de Honor formado en el ingreso al Histórico Cuartel de Palermo.

Carlos Ravazzani.-

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EXPRESO HOGWARTS

Fotografía tomada en Universal Studios Hollywood, California el día 27 de octubre a las 1715hs

"Hogwarts, Hogwarts
hoggy warty Hogwarts
Teach us something please

Whether we be old and bald
Or young with scabby knees,
Or heads could do with filling,
With some interesting stuff.

For now they're bare and full of air
Dead flies and bits of fluff
So teach us things worth knowing
Bring back what we've forgot
And learn until our brains all rot"

Carlos Ravazzani.-

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28/12/16

LA TRADICION DE LA GUIRNALDA EN LA PUERTA EN VÍSPERA DE NAVIDAD

Además del verde con que adornamos el interior de las casas, en la actualidad mucha gente también cuelga una guirnalda en la parte exterior de su puerta principal, y la mantiene en exhibición los doce días que dura la Navidad. Con anterioridad esta costumbre era más popular en América del Norte, pero ahora se está difundiendo en Gran Bretaña y el resto del mundo, tal vez por influencia del cine norteamericano.
Como costumbre invernal el uso de guirnaldas se origina en la antigua Roma, donde el intercambio de regalos formaba parte de las celebraciones del Año Nuevo, que acontecía entre el 31 de diciembre y el 4 de enero. La gama de regalos era amplia, pero originalmente consistía en ramas de siempreverde llamadas strenae en homenaje a Strenia, diosa de la Salud. Hoy en día con frecuencia decimos "A tu salud" cuando compartimos tragos navideños con nuestros amigos, y para los romanos el obsequiar ramas de siempreverde involucraba un deseo similar. Para hacerlas más atractivas era costumbre dar a estas ramas la forma de un anillo o guirnalda, y para demostrar que habían recibido tal regalo, y también para asegurar que la salud reinase en su hogar el año que comenzaba, los romanos exhibían estas guirnaldas en las puertas de sus casas.
Hoy día se tiende a comprar la guirnalda que adornará la puerta, pero en honor a la verdad, si fuésemos a seguir con fidelidad la tradición romana, sólo deberíamos exhibir una guirnalda recibida a título de presente de manos de otra persona.

Fuente: “Tradiciones de Navidad”, Desmond Morris, Editorial Emecé, Buenos Aires 1993.

LAS TRADICIÓN DE ENCENDER VELAS EN LA NAVIDAD

Tiempo atrás, en el norte de Europa, se encendía una enorme vela Yule que debía arder a través de toda la festividad Navideña. Al igual que el leño Yule, esto se hacía originalmente para homenajear al dios Sol y celebrar su nacimiento al comienzo de un nuevo año. El simbolismo de encender esta vela especial encerraba la esperanza de que la luz del Sol se viese estimulada a reaparecer a corto plazo.
La Cristiandad adoptó esta costumbre y dado que Cristo era la "Luz del Mundo" la llama de esa vela simbolizaba su influencia. Asimismo se sugería que la brillante luz de la vela representaba la Estrella de Belén.
Al pueblo se lo estimulaba a encender muchas velas para reforzar este simbolismo, y era práctica común colocar una o más en las ventanas para guiar al espíritu de Cristo a través de la negra noche. Otras se adosaban al árbol de Navidad, pero esta práctica con frecuencia terminaba en desastre pues, mal colocada, hasta la más pequeña vela podía incendiar un árbol, y era costumbre destacar a un miembro de la casa, por lo general un sirviente menor, para que montase guardia cuando el árbol se encontraba iluminado. A este paciente guardián se lo dotaba de un largo palo terminado en una esponja o trapo humedecido, para con él combatir cualquier atisbo de fuego.
Esta precaución era reforzada por una fila de baldes llenos de agua, estratégicamente colocada junto a una pared cercana, con los cuales se encaraba la lucha contra desastres mayores. Pese a estas precauciones cada año sucedían tragedias. (Esto no resulta sorprendente si tenemos en cuenta que en la Alemania del siglo XVIII solían destinarse cuatrocientas velas a la decoración de un árbol de tres metros y medio de altura.)
El temor a tales accidentes tal vez justifique nuestra actual tendencia a utilizar pequeñas réplicas eléctricas de las velas de antaño. Aparecieron por primera vez en 1882, en los Estados Unidos y por cortesía de la Compañía de Electricidad de Edison, y debemos admitir que pese a la seguridad que nos aporta su uso, este substituto no posee la mágica cualidad de las oscilantes velas del ayer.

Fuente: “Tradiciones de Navidad”, Desmond Morris, Editorial Emecé, Buenos Aires 1993.

SEGUNDO JEFE

El flamante segundo Jefe del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martin" Teniente Coronel Mariano Luccon en la ceremonia de puesta de posesión del cargo en la Plaza de Armas del histórico Cuartel de Palermo.

Carlos Ravazzani.-

CARACOLAS

Fotografía tomada en Santa Monica, California el día 28 de octubre a las 1300hs

"Por la blanda arena que lame el mar
su pequeña huella no vuelve más,
un sendero solo de pena y silencio llegó
hasta el agua profunda.
Un sendero solo de penas mudas llegó
hasta la espuma.

Sabe Dios qué angustia te acompañó
qué dolores viejos, calló tu voz
para recostarte arrullada en el canto
de las caracolas marinas.
La canción que canta en el fondo oscuro del mar
la caracola.

Te vas Alfonsina con tu soledad,
¿qué poemas nuevos fuiste a buscar?
Una voz antigua de viento y de sal
te requiebra el alma y la está llevando
y te vas hacia allá como en sueños,
dormida, Alfonsina, vestida de mar.

Cinco sirenitas te llevarán
por caminos de algas y de coral
y fosforescentes caballos marinos harán
una ronda a tu lado.
Y los habitantes del agua van a jugar
pronto a tu lado.

Bájame la lámpara un poco más,
déjame que duerma nodriza en paz
y si llama él no le digas que estoy
dile que Alfonsina no vuelve.
Y si llama él no le digas nunca que estoy,
di que me he ido."
Félix Luna y Ariel Ramírez

Carlos Ravazzani.-

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27/12/16

LA TRADICIÓN DE LOS VILLANCICOS

Hoy en día los villancicos tienden a ser tan santificados que olvidamos cómo eran anteriormente. En honor a la verdad, en su forma original se preocupaba mucho más por los placeres de la carne que por la "Noche Santa". Unas pocas líneas de un villancico navideño cantado en 1642 nos dará una idea de lo que tenían en mente los cantores de aquella época:
Las dos primeras líneas dicen: "Venid muchachos locos, animaos pues ya está aquí la Navidad", y prosigue: "Comamos y bebamos libremente pues nada debemos pagar", y termina con: "dejad vuestros remilgos y atacad los pastelitos * (Juego de palabras en torno a la palabra mince que significa tanto "andar afectadamente" como "desmenuzar o picar la carne" pastelitos de
carne picada); seguid mi consejo y dejaos guiar por los sabios".
Conviene recordar estas palabras para refutar a quien se queje del modo en que la naturaleza sagrada de la Navidad ha sido mancillada por la codicia moderna. Nada de moderno tiene la obsesión navideña de pasarlo bien, pero ¿cómo comenzaron los villancicos?
Los más tempranos villancicos navideños ingleses datan del siglo XIII, eran originalmente franceses, y se cantaban como parte de una danza en ronda. En aquellos tiempos la música religiosa era muy solemne y en gran medida limitada a los monasterios, y como consecuencia las iglesias pequeñas carecían de música sacra para acompañar sus oficios pues la gente era mayormente analfabeta e incapaz de leer música, de modo que los villancicos proporcionaban una alegre alternativa para el pueblo en general.
Por desgracia las representaciones se desmandaron e incomodaron al clero; tomaron la forma de piezas teatrales en lugar de ceñirse a la simple expresión vocal. Se recrearon escenas de la natividad dentro de las iglesias que adquirieron excesiva realidad, como por ejemplo aquellas en que María hacía su festiva aparición montada sobre el lomo de un burro.
Las representaciones que acompañaban los cantos se hicieron demasiado realistas, y alarmaron al clero con la intromisión de tanta diversión en las casas sagradas. Cuando los cantores agregaron baile a los cantos, se decretó la prohibición de los villancicos dentro de las iglesias, calificándolos de "diabólicos".
Prohibido el ingreso a las casas sagradas, los cantores de villancicos debieron ambular por pueblos y ciudades cantando para la gente común, que amaba esas canciones. Esa costumbre se mantiene y explica por qué hoy en día recibimos las tradicionales visitas, casa por casa, durante las semanas anteriores a la Navidad.
Hoy los villancicos han quedado desligados de los bailes y las licenciosas representaciones de antaño, y se han convertido en algo tan respetable que la mayoría de las catedrales e iglesias organizan conciertos de villancicos, permitiendo así el retorno de una antigua tradición que en un tiempo fue condenada como obra del demonio.

Fuente: “Tradiciones de Navidad”, Desmond Morris, Editorial Emecé, Buenos Aires 1993.

DIRIGIENDO

Director junto a la Fanfarria Militar "Alto Perú" en la pista del Hipódromo Argentino de Palermo con motivo del Gran Premio Nacional.

Carlos Ravazzani.-

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MUELLE DE SANTA MONICA

Fotografía tomada en Santa Monica, California el día 28 de octubre a las 1300hs

"Junto al mar dame el último adios
porque lejos yo me voy, lejos de aqui
Pero yo ay! que triste me voy,
porque solo sabe Dios si volveré

Ya tu pañuelo se esta agitando
entre la inmensidad
como bandera de la soledad
que dice adios
como gaviotas que abren sus alas
bajo el cielo azul, sobre la playa
donde quedara todo mi amor."
Ernesto Dominguez

Carlos Ravazzani.-

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26/12/16

EL DIA QUE LA NAVIDAD FRENÓ UNA GUERRA

En diciembre de 1914 se acercaba un frío día de Navidad, y las tropas británicas y alemanas se enfrentaban a través de un angosto trecho de suelo europeo. Las condiciones imperantes en ambas trincheras eran espantosas, el tronar de los cañones incesante y el ruido ensordecedor. La oficialidad británica había tomado escasas previsiones para celebrar la Navidad. Tenían órdenes de tratar esa jornada como cualquier otra, y seguir peleando, y lo poco y bueno que pudieron hacer sus cansadas tropas fue recoger unos restos de ramas de acebo como patético recordatorio de las festividades que con seguridad tendrían lugar en sus lejanos hogares.
Los alemanes estaban mucho mejor organizados. Para elevar la moral de sus tropas habían hecho enviar canastas con comida y árboles de Navidad a las líneas del frente con la intención de estimularlos a pelear mejor, pero esta bien planeada estrategia tuvo precisamente un efecto contrario. En lugar de aumentar la agresiva lealtad de los soldados el gesto detuvo por completo las hostilidades.
La verdad es que el común de los soldados alemanes no odiaban a sus pares ingleses ni viceversa, y si procuraban matarse unos a otros, era pura y exclusivamente para satisfacer la arrogancia y sed de sangre de sus autridades. El espectáculo de todos esos arbolitos afectó muy hondo a los sentimentales alemanes. La víspera de Navidad los decoraron como mejor pudieron para exhibirlos en los parapetos de sus trincheras. Luego, a medianoche, dejaron de disparar sus armas y comenzaron a cantar villancicos, y algunos hasta consiguieron instrumentos musicales para acompañarse.
Las congeladas tropas británicas, escondidas en sus trincheras, sintieron alarma y desconcierto ante el repentino y extraño silencio, seguido por los acordes de Stille Nacht, y al asomarse comprobaron asombrados que los soldados alemanes habían emergido de sus escondites, y ocupaban en actitud pasiva la tierra de nadie. Con temor nervioso los ingleses se les unieron, y tuvo lugar una improvisada tregua.
Los villancicos continuaron durante toda la noche, los enemigos cantando juntos, y a medida que pasaron las horas tuvo lugar un extraordinario intercambio de regalos. Los ingleses ofrecieron cigarrillos y budín de ciruelas. Enemigos mortales se estrecharon las manos e incluso se abrazaron, mostrándose fotografías de sus respectivas familias, y durante un breve interludio la idea de matar se borró de sus mentes.
A la mañana siguiente, día de Navidad, desde las trincheras alemanas se escucharon gritos de "Feliz Navidad, Tommy" ("Tommy", nombre por el cual se conoce al soldado inglés). Luego ocurrió algo insólito. Poniéndose de acuerdo sobre un punto intermedio entre ambas posiciones, ingleses y alemanes protagonizaron lo que debe ser el más raro partido de fútbol en la historia de ese deporte.
En cierto momento del día un soldado alemán disparó su arma accidentalmente, y de inmediato envió una carta pidiendo disculpas a los ingleses.
Es de lamentar que la mágica navideña no tuviera proyección. Las autoridades arrogantes, furiosas ante ese inesperado brote de paz, emitieron órdenes en el sentido de que en el futuro, la penalidad por fraternizar con el enemigo sería la muerte, y dado que la perspectiva de morir por una bala casera era mayor a la de sucumbir al fuego enemigo, los jóvenes regresaron a sus trincheras y a la macabra tarea de despedazarse mutuamente.
Se dice que en algunos lugares del frente la tregua informal llegó a durar tanto como un par de días, una semana, y en cierto sector seis semanas, pero lo cierto es que la mayoría de las tropas sólo dejaron de disparar sus armas durante el breve período del día de Navidad mismo.
No obstante habla de manera elocuente de la profundidad del sentimiento que entraña la Navidad el hecho de haber logrado, aun por unas pocas horas, detener la locura humana de la guerra.

Fuente: “Tradiciones de Navidad”, Desmond Morris, Editorial Emecé, Buenos Aires 1993.

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE FACEBOOK DE GRANADEROS POR EL BICENTENARIO DEL COMIENZO DE LA CREACIÓN DE LA BANDERA DE LOS ANDES

BICENTENARIO DEL COMIENZO DE LA CREACIÓN DE LA BANDERA DE LOS ANDES

El Ejercito de los Andes necesitaba una bandera. Un dia como hoy, hace 200 años y a pedido del General San Martin, las damas Mendocinas según el relato de una de ellas, doña Laureana Ferrari de Olazabal, quien cuenta en una carta el episodio a su marido, el Coronel Manuel de Olazabal, oficial de la gloriosa expedición Libertadora en la siguiente forma;

“Contesto tu carta del 1º del corriente, que nos ha proporcionado la alegría de saber que estás bueno, así estamos nosotros, gracias a Dios, porque Anita se ha levantado, ya, continuando cada día mejor su salud. Pocas noticias puedo darte, por casa no hay novedad y no hemos salido a causa de la enferma, te diré que el Señor Pedernera está muy bien y hacen cuatro días
se levanta.
Tantas veces he repetido en nuestro hogar los acontecimientos relacionados con la bandera de San Martín, que al principio he creído que tu pedido de que te los relate nuevamente fuera una broma, pues más de una me has dado con este motivo, pero me resuelvo a creer que lo pides seriamente en esto de que manifiestas desearlos para tus memorias de la Guerra de la Independencia.
Empezaré por recordarte aquella comida de Navidad de 1816, rodeaban nuestra mesa San Martín en una cabecera, en la otra mi padre, hacia la derecha de que estábamos Remedios Escalada, Las Heras, Dolorcita Prats de Huisi, Mariano Necochea, yo, tú, Merceditas Álvarez, José Melian y Margarita Corvalán; hacia la derecha de San Martín mi tío, Leonor, Manuel Escalada, Merceditas Zapata, mi hermano Joaquín, Elcira Anzorena, Matías Zapiola, Carmen Zuluaga, Miguel Soler y tu hermana Pepa, al terminar la comida y brindar por los presentes y por nuestra patria, San Martín manifestó deseos de que se confeccionara una bandera para su ejército. Inmediatamente Dolorcita Prats, Margarita Corvalán y Merceditas Álvarez y yo nos comprometimos a proporcionarla gustosas; desde el día siguiente con Dolorcita Prats que estaba parando en casa, nos dedicamos a buscar seda apropiada para la obra, pero desde luego dimos con el inconveniente de no encontrar el color adecuado; en una tienda de la calle Mayor hallamos una seda que mostramos a San Martín pero le pareció demasiado azul, tampoco encontramos seda de bordar color carne, para las manos del escudo, así pasaron los días recorriendo las tiendas de Mendoza sin encontrar ni una ni otra cosa, y San Martín quería que para el día de Reyes, el Ejército tuviera su bandera, por fin llegó el día 30 de tu cumpleaños, la noche antes habíamos convenido con Dolorcitas, Merceditas y Margarita que habían ido a pasar unos días en casa, para bordar el escudo, que la mañana siguiente nos levantaríamos temprano para recorrer nuevamente las tiendas y adquirir el género para la enseña y algún recuerdo para tía, pero llegaron las ocho de la mañana y mis amigas dormían con tanto gusto que daba pena despertarlas, en eso llegó Remedios Escalada a quien impuse de lo que ocurría, de modo que sin esperar más nos salimos a recorrer los comercios; ya desesperábamos de encontrar la tela cuando fuimos a parar a una callejuela que llamaban del Cariño Botado, allí había una tiendita tan pobre que íbamos a pasar de largo en la seguridad de que no tuvieran lo que buscábamos pero salió el tendero y nos ofreció con tanto afán sus mercancías que nos dio lástima y convinimos entrar y comprarle alguna cosa, ¡Cuál no sería nuestra alegría cuando al observar las pocas piezas de tela que había encontramos una justamente, color de cielo como deseaba San Martín, desgraciadamente quedaba muy poca cantidad y no era de seda sino simple sarga pero tan lustrosa que presentaba un bonito aspecto!
Naturalmente la adquirimos enseguida junto con la tela blanca de igual clase o muy parecida y volamos a casa con nuestro hallazgo, participando a nuestras amigas. 
Inmediatamente Remedios se puso a coser la bandera, mientras nosotras preparábamos las sedas y demás menesteres para bordar; de los dos de mis abanicos sacamos gran cantidad de lentejuelas de oro, de una roseta de diamantes de mamá sacamos varios de ellos con engarce para adornar el óvalo y el sol del escudo al que pusimos varias perlas del collar de Remedios.
En cuanto estuvo hecha la bandera, dirigidas por Dolorcitas Prats, nos pusimos a bordar; la primer dificultad fue dibujar el óvalo del escudo, no sabíamos como hacerlo, cuando Dolorcitas que para todo tenía ingenio, tomó una bandeja de plata que había en el comedor y pasando un lápiz contra los bordes quedó marcado el óvalo deseado en la bandera, otra idea de
Dolorcitas fue poner en agua hirviendo con legía unas cuantas madejas de seda roja que había para bordar el gorro frigio, de esa manera perdió la seda el color de tal modo, que vino a quedar del rosa más o menos deseado para bordar las manos.
Como recordarán, celebrando tu día hubo invitados en nuestra mesa esa noche y aprovechando la presencia de San Martín le prometimos tener listo el estandarte para el 5 de Enero próximo, y así fue; trabajamos sin darnos punto de reposo y la misma Remedios nos ayudó bordando muchas de las hojas de laurel que rodean el escudo, por fin, a las dos de la mañana del 5 de Enero de 1817, Remedios Escalada de San Martín Dolores Prats de Huisi, Margarita Corvalán, Mercedes Alvarez y yo estábamos arrodilladas ante el crucifijo de nuestro oratorio, dando gracias a Dios por haber terminado nuestra obra y pidiéndole bendijera aquella enseña de nuestra patria, para que siempre la acompañara la victoria; y tu sabes bien que Dios oyó nuestro ruego.
Estos son, pues, todos los acontecimientos que deseas te recuerde y como un detalle te diré que el dibujo de las manos lo hizo en el escudo tu cuñado Miguel Soler y que por mi parte trasnoché tanto que el día me tomó enferma por lo que con gran pena, no pude presenciar la jura, pero de esta ceremonia tú estarás mejor enterado que yo.
Respecto a los datos que se refieren a Dolorcitas Prats te diré que era Chilena, de Valparaíso, había nacido en 1788, su esposo, el Señor Huisi era un rico hacendado de Talcahuano y murió durante la reconquista española de 1814 perdiendo sus bienes casi por completo, de modo que ese mismo año (1814) Dolorcitas llegó a Mendoza, mi padre que había conocido al Señor Huisi, tuvo el mejor gusto en ofrecer nuestra casa a la Señora viuda, lo que ella aceptó con reconocimiento, pasaron los años y más o menos el año 1819 volvió a Chile y no volvimos a saber de ella. Era una señora muy buena moza, muy instruida y bondadosa, su semblante expresaba siempre una profunda tristeza y su corazón no marchaba muy bien, no obstante le gustaba andar a caballo lo que hacía a la perfección.
En la próxima te daré algunos otros detalles que pueden ser de utilidad para tus memorias.
Recibe la bendición de tus hijas y el cariñoso abrazo de tu amante esposa.”


FANFARRIA

Presentación de la Fanfarria Militar "Alto Perú" del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martin" en el Hotel Plaza de la Ciudad de Buenos Aires.

Carlos Ravazzani.-

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GAVIOTA

Fotografía tomada en Marina Green Park, Long Beach, California el día 25 de octubre a las 1633hs

“"Como una franja temblorosa, rota
del manto de la tarde, en raudo vuelo
se esfuma la bandada por el cielo
buscando, acaso, una ribera ignata.

Detrás, muy lejos, sigue una gaviota
que con creciente y pertinaz anhelo
va de la soledad rasgando el velo
por alcanzar la banda ya remota.

De la tarde surgió la casta estrella,
y halló siempre volando a la olvidada,
de la rauda patrulla tras la huella.

Historia de mi vida compendiada,
porque yo soy, cual la gaviota aquella,
ave dejada atrás por la bandada.”
Ricardo Miró.

Carlos Ravazzani.-

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25/12/16

¿POR QUE PAPA NOEL LLEVA ESA VESTIMENTA?

Quizá resulte difícil creerlo, pero el moderno Papá Noel o Santa Claus debe su vestimenta no a una antigua leyenda o temprana mitología sino a la Coca-Cola Company, y a continuación presentamos evidencias concretas para avalar nuestra extraña afirmación:
Hace mucho tiempo Papá Noel era presentado luciendo los más variados atuendos, a veces verdes, púrpura, celeste, azul oscuro, marrón o rojo, y algunas ilustraciones lo mostraban como una figura multicolor vestido con, por ejemplo, pantalones azules, chaleco amarillo y chaqueta roja. En algunos casos sus vestiduras mostraban adornos de piel marrón, negra o blanca, y a veces se lo veía cubierto íntegramente de pieles o de cueros.
En la cabeza solía llevar una corona de muérdago, un sombrero de copa, un casquete, un gorro de dormir o una puntiaguda capucha. En algunas ocasiones se lo presentaba
luciendo una corona hecha de copas de vino o de botellas, y con frecuencia sus manos sostenían un generoso vaso de vino.
También era habitual mostrarlo fumando una pipa de arcilla.
Asimismo variaba el corte de sus ropas que podían ser un sacón largo con zapatos o pesadas botas negras. A veces, en su rol de Papá Noel, se asemejaba a un próspero borrachón, y en otras ocasiones, en su rol de San Nicolás, más parecía un airoso obispo. En otras palabras, tiempo atrás distaba de ser una figura uniforme, y aquí ni siquiera nos es de utilidad Clement Moore quien dijo simplemente:
"Vestía con pieles de pies a cabeza, con sus ropas manchadas de ceniza y hollín."
Más tarde, y con frecuencia, se lo mostraba ataviado con un confortable enterizo de piel, pero el siglo XIX no produjo un estilo dominante.
Todo esto cambió alrededor de 1930. La Coca-Cola decidió utilizar a Papá Noel en su campaña publicitaria invernal, y en 1931 contrató a un artista norteamericano de nombre Haddon Sundblom, y le encomendó la misión de recrear y precisar la figura del viejo caballero. La imagen de Sundblom inundó el mercado desde comienzos de la década del 30 a comienzos de la del 60, y se convirtió en la imagen del obsequiador navideño.
De la variedad de colores que engalanaban las ilustraciones anteriores, Sundblom escogió aquellos que hacían juego con los colores oficiales de la Coca-Cola —rojo y blanco— y para cuando concluyó su campaña ya nadie pensó en mostrar a Santa Claus o Papá Noel en otros colores que no fuesen esos.
Descartó la corona de muérdago, el sombrero de copa, la mitra obispal y la capucha puntiaguda, seleccionando en cambio un gorro de dormir suelto, rojo con ribetes blancos y un pompón de idéntico color en la punta.
En reemplazo del enterizo de piel o un largo sacón, diseñó una túnica que llegaba hasta los muslos, ajustada por un ancho cinturón negro, la cual, como el gorro, lucía ribetes de piel blanca. También rojos eran los pantalones, enfundados en pesadas botas negras.
Desaparecieron los vasos de vino y la pipa de arcilla, reemplazados.., por qué otra cosa sino por una inofensiva botella de Coca-Cola. El viejo borracho de la pipa se convirtió en personaje circunspecto, vestido con alegres colores disneyanos, que exudaba alegría y generosidad de tío dispendioso. En suma, un visitante navideño higienizado, estrictamente para niños, que barrió con todos sus antecesores. Por la vía del cine trascendió las costas norteamericanas para convertirse en imagen mundialmente reconocida.
En la Gran Bretaña actual la mayoría de los Santa Claus responden al diseño americano, pero aún se ve la vieja versión de largo gabán, en especial en el norte. Hemos adoptado los colores rojo y blanco, pero parecemos renuentes a hacerlo con el gorro de dormir americano, prefiriendo retener la capucha que se nos antoja más digna.
Puede llegar a escandalizar a algunas personas el pensar que un fenómeno tan moderno como la Coca-Cola ha llegado a influenciar algo tan tradicional como la Navidad, pero a través de su historia las campañas publicitarias de esta empresa siempre han captado expertamente la tónica del momento. En la década del 30, durante los años de la Depresión, deben de haberse percatado que la gente deseaba una imagen cálida y generosa, y eso se lo dieron con esta nueva y querendona figura de Santa Claus. Con la llegada de los alocados años 60 de pronto pareció estar fuera de foco y fue prestamente reemplazado por las estrellas pop del momento, pero ya la imagen de Papá Noel creada por la Coca-Cola estaba firmemente establecida y, según sus propias palabras, "los cuadros del Santa de Sundblom habían capturado los corazones de todos para convertirse en la aceptada representación del viejo y alegre duendecillo".

Fuente: “Tradiciones de Navidad”, Desmond Morris, Editorial Emecé, Buenos Aires 1993.

¿POR QUE SE HACEN REGALOS EN NAVIDAD?

El acto de intercambiar regalos entre quienes existen lazos de afecto es la más antigua de las costumbres invernales, y su remoto origen se remonta al Neolítico, unos diez mil años atrás, cuando la especie humana comenzó a reemplazar la inseguridad de una existencia cazadora por las mayores garantías de una vida dedicada a la agricultura, con cuyo arribo por vez primera existió una abundancia de comida. Con esto se hizo posible el acopio de víveres, lo cual permitió superar los fríos y duros meses invernales. Era necesario distribuir estas provisiones poco a poco a medida que transcurrían los días de invierno, pero cuando se llegaba a la mitad de esa estación lo peor había ya pasado. Los días malos se alejaban y la primavera pronto arribaría, lo cual demandaba gran celebración y una relajación del estricto racionamiento de tan precioso acopio. Se organizaba una fiesta.
Cada granjero tenía su especialidad, de modo que para hacer la fiesta lo más variada posible, se procedía a un intercambio de viandas para que todos pudiésen disfrutar de la rica exhibición de manjares.
Este trueque de comidas dio origen a la costumbre invernal de intercambio de regalos, y se convirtió en el centro de las festividades. Todo lo posterior se centró en torno a ello.
A través de los siglos los obsequios dejaron de ser exclusivamente comestibles. En antiguas civilizaciones tales como la de Roma, la ceremonia de intercambiar presentes se tomó en extremo minuciosa, y dio lugar a múltiples supersticiones, en especial a las que establecía que el no hacer regalos en esas fiestas atraía mucha mala suerte. El miedo al castigo por no cumplir con un hábito siempre ha representado un poderoso acicate para mantener o elaborar una cierta tradición.
Con el advenimiento de la era cristiana el ritual muy popular de los regalos enfrentó un desafío. Visto su origen claramente pagano los primeros cristianos intentaron suprimirlo pero el gran prestigio que había adquirido les negó el éxito.
En consecuencia modificaron su estrategia, adoptando aquella que estipula que si no puedes suprimir algo debes tomarlo prestado, convertirlo, o hacerlo tuyo.
En su flamante contexto cristiano el hacer regalos en Navidad simbolizaba el ofrecimiento de presentes al Niño Jesús por parte de los hombres sabios del Este, y se decía que con esto se demostraba la ausencia de egoísmo del ideal cristiano. Esto puede haber sido innegable en el caso de ciertos regalos hechos a los pobres y los necesitados que no estaban en condiciones de reciprocar, pero no reflejaba la verdadera naturaleza del intercambio que siempre tuvo lugar entre familiares o amigos íntimos, basado en el muy diferente concepto del beneficio mutuo.
Sería erróneo despreciar el intercambio de regalos, considerándolo inferior al dar a los necesitados. Representa mucho más que un egoísta deseo de provocar reciprocidad. Merced al acto de intercambiar obsequios, grupos íntimos, ya sea de familiares, amigos o colegas, fortalecen sus vínculos sociales. Los regalos se transforman en símbolos de obligación.trae apareado un poderoso sentimiento de apego social, y una más intensa impresión emocional de pertenecer, y esto, más que cualquier otra razón, es lo que da la sensación de "calor" a una exitosa Navidad.

Fuente: “Tradiciones de Navidad”, Desmond Morris, Editorial Emecé, Buenos Aires 1993.

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Esperamos que esta significativa fecha, en que conmemoramos la venida de nuestro Salvador Jesucristo al mundo, sea ocasión propicia para la reunión familiar y para el despertar espiritual.

Reflexiones y deseos del capellán mayor del Ejército, presbítero Oscar Naef, para las festividades de fin de año.
Queridos soldados del Ejército de mi Patria, quiero invitarlos a reflexionar en estos días sobre un acontecimiento que muchas veces pasa como fecha rutinaria en nuestras agendas. Me refiero a la santa fiesta cristiana del Nacimiento de Jesucristo en el seno de la Sagrada Familia de Belén.
Belén de Judá es el sitio donde la luz que viene de la eternidad divide para siempre la noche del antiguo pecado del nuevo día de la salvación. Es en la Navidad cuando la aurora del día del Señor hace presente en la historia el designio cantado desde el cielo: "Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy".
Cada año, la imagen santa del pesebre nos moviliza espiritualmente recordándonos que la historia no comienza ni termina con nuestros esfuerzos personales, sino que su centro y sentido es el niño Jesús, el hijo de Dios.
Una vez más, abracemos la fiesta del nacimiento de nuestro salvador como fuente de fe y esperanza, deseándonos mutuamente la paz y pidiendo prosperidad para alcanzar una vida plena y santa en una patria renovada a la luz del Evangelio que la vio nacer.
Al coronar con la Navidad el presente año, alabemos a Dios con nuestras vidas permitiendo que el Señor destierre nuestro "corazón de piedra" y arraigue allí un "corazón de carne", que haga cantar a los ángeles también de nosotros como lo hicieron del niño de Belén: "Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy".

¡FELIZ NAVIDAD!

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¡FELIZ NAVIDAD!
Esperamos que esta significativa fecha, en que conmemoramos la venida de nuestro Salvador Jesucristo al mundo, sea ocasión propicia para la reunión familiar y para el despertar espiritual.
En vísperas de la Noche Buena, cada miembro del pueblo cristiano se prepara interiormente para recibir al niño Jesús, esperanza y redención de la humanidad.
Para el Ejército Argentino, la fe en Dios constituye un sólido pilar, que lo ha sostenido espiritualmente desde su creación.
En cada Navidad, debemos, más que nunca, hacer verbo los valores que conforman la esencia del cristiano: humildad, solidaridad y sencillez.
Son valores que se identifican también con las virtudes que cultivamos como soldados, siempre en el marco de la moral, la justicia y la verdad.

24/12/16

NUESTRO PRIMER ARBOLITO

Sabido es que el árbol es una tradición del Norte de Europa y que poco tiene que ver con lo Cristiano y español. En la vieja Buenos Aires, la Navidad se esperó siempre con un retablo o un pesebre, hasta que un 24 de Diciembre de 1828, se iluminó una casa en el Barrio del Alto (De la Plaza de Mayo al Sudeste) que alarmó a los vecinos. Era un pequeño abedul con decenas de velitas encendidas entre sus ramas que parecían estrellas. De este pendían Juguetes, muñecas, cornetas, soldaditos, cañoncitos y tambores reflejando los colores del arco iris. Debajo, montañas de caramelos, chocolates, mazapanes y turrones. Sentado al lado del pino, oculto el rostro en largas barbas y envuelto en una capa roja, el primer Papa Noél del Plata: un inglés.
Mister Miguel Himes, conocido luego como El inglés del arbolito, llegó a Buenos Aires en 1807, durante la segunda invasión Inglesa. Luchando contra los Criollos cayó herido en la actual calle Bartolomé Mitre (Antes de la Piedad) en la puerta de la familia Terreda, que no solo lo curó sino que lo retuvo hasta que las tropas inglesas se marcharon. Se dice también, que este era hijo natural de Jorge de Inglaterra luego Jorge IV, rey de la Gran Bretaña. Miguel Himes, debido a que Jorge no tuvo otro hijo legitimo, hubiera sido el heredero al trono de no haber, a los 18 años, arrojado al Támesis el anillo real y los papeles que probaban su origen, embarcándose al Plata, quizás solo para encender, veintiún años después, aquel arbolito que nos cambiaría la tradición para siempre...

Fuente: "La Pequeña Aldea. Vida cotidiana en Buenos Aires 1800-1860", Fabian Uccello, Ed. Eudeba, Buenos Aires 1999.

PAPA NOEL Y SANTA CLAUS

PAPA NOEL
En la antigüedad los hombres temían el duro invierno. Significaba experimentar terribles sufrimientos, y ellos procuraban convencer a las fuerzas de la naturaleza que fuesen benévolas con ellos e hiciesen de ese invierno una estación benigna.
Los vikingos representaban esto, vistiendo a alguien para representar el "Invierno", y lo agasajaban de la mejor manera posible. Los británicos adoptaron esta costumbre, y al representante lo denominaban "Viejo Invierno", "Vieja Navidad" o "Viejo Padre Navidad". Se lo invitaba a participar de todas las festividades, y se le suministraba comida y bebida para mantenerlo de buen humor. Se confiaba en que estos actos simbólicos de alguna manera influenciasen en los elementos.
En esta temprana encarnación Padre Navidad (Papá Noel para nosotros) no era portador de regalos para los pequeños, ni se introducía en las casas bajando por la chimenea. Simplemente ambulaba de casa en casa, golpeaba a las puertas, visitaba a los moradores e ingería comida y bebida, para luego seguir su camino cada vez más alegre.
Mucho después se llegó a confundirlo con Santa Claus, y hoy son para nosotros uno y el mismo, pese a sus muy distintos orígenes.

SANTA CLAUS
Santa Claus comenzó su vida como Nicolás, un santo obispo de la vieja ciudad costera de Myra, en lo que es ahora el sudoeste de Turquía. Hoy podemos ver las ruinas de su iglesia más o menos a una milla del pequeño y moderno pueblo de Decore. Nació el 280 D.C. en la cercana ciudad de Patara, unas ochenta millas costa arriba, y murió el 6 de diciembre de 345 en Myra. Posteriormente su cuerpo fue trasladado a Bari, Italia, donde permanece hasta hoy, y donde cada año se realiza una gran fiesta en su honor.
Se sabe poco de su vida a excepción de una serie de cuentos legendarios, en algunos de los cuales aparece como despojándose de su riqueza para darla a los pobres. En una de esas leyendas se detiene en una posada cuyo dueño poseía la horrible costumbre de hacer escabeche con muchachitos que conservaba en toneles de salmuera, "salándolos como cerdo' para servir a sus parroquianos. Nicolás logró salvar a tres muchachos asiáticos de esa suerte.
Debido a su generosidad al hacer regalos y a la protección que daba a los pequeños, se convirtió en un santo inmensamente popular a través de toda Europa donde se le dedicaron miles de iglesias. En Gran Bretaña solamente superan las cuatrocientas.
En varias regiones surgió la tradición de que si en su fiesta —el 6 de diciembre— los pequeños dejaban algo de comida para su caballo (o burro) él les dejaría unos caramelos, siendo éste el primer paso importante hacia el nacimiento de Santa Claus como dador de obsequios.
El país donde tuvo mayor acogida fue Holanda, y se dice que esto se debe a que fueron barcos holandeses quienes trajeron las primeras noticias de su existencia al norte de Europa. En holandés su nombre se convirtió en "Sinter Klaas" o "Sinter Claes". Cuando los holandeses llegaron al Nuevo Mundo y fundaron en el temprano siglo xvil un lugar llamado Nueva Amsterdam (luego rebautizado Nueva York) trajeron consigo sus costumbres Sinter Klaas, y la primera iglesia que erigieron llevó su nombre.
La pronunciación americanizada de Sinter Klaas fue "Santa Claus", y éste pronto se convirtió en su apodo. En poco tiempo Santa Claus perdió sus raíces mediterráneas para convertirse en una figura global, común a todos. A esta altura de los acontecimientos la iglesia cristiana lo prefería a muchas otras figuras más paganas y folclóricas, pues al fin y al cabo estaba basada en un auténtico santo, y por consiguiente era más apto para desempeñar el rol de generoso distribuidor de regalos.
El siguiente paso fue el de simplificar las festividades invernales demorando en dieciocho días su arribo, pasándolo del 6 de diciembre a la víspera de Navidad, e incorporándolo de esta manera a las fiestas navideñas. Para contrarrestar cualquier oposición a esta medida se les dijo a los niños que debían hacer listas de los regalos que deseaban y dejarlas convenientemente a mano para que Santa Claus pudiese reunirlos y tenerlos listos para su entrega la víspera de Navidad. Hacía ya tiempo que estos obsequios habían superado el nivel de simples golosinas para convertirse en juguetes y presentes de todo tipo, y poco a poco el viejo santo fue convirtiéndose en el moderno Santa Claus.
En este proceso perdió su apostura estilizada para convertirse en un ser rollizo y alegre (en realidad con su larga pipa de arcilla comenzó a adquirir un gran parecido con uno de los tempranos colonizadores holandeses), y se hizo más benévolo. El viejo Sinter Klaas sólo premiaba a los niños buenos, e incluso los sometía a interrogatorios para constatar si sabían sus oraciones. Para los niños malos traía bastones con los cuales azotaba, aunque este castigo parece haber constituido más una amenaza que una realidad y eventualmente fue desterrado por completo por no armonizar con el alegre espíritu navideño.
Santa se convirtió en un tío benévolo que recorría el mundo con su alegre jo-jo-jo y la sola misión de hacer felices a los niños en Navidad independiente de su comportamiento durante el año. Para 1870 esta querida y novedosa figura había llegado a Inglaterra procedente de América, y pronto se fusionó con Papá Noel.
El viejo Papá Noel sufría la desventaja de no haber sido pródigo con sus regalos. Esto, en la era victoriana inglesa, fue enmendado tomando sólo el nombre de Papá Noel para amalgamarlo con la personalidad de Santa Claus y así crear nuestra propia e inmensamente popular figura navideña.
Para disgusto del sector mas piadoso del clero, la figura de Santa eventualmente se hizo más popular que la de Jesús con los niños modernos. Esto enfureció a ciertos elementos de la Iglesia quienes, no obstante, no pudieron impedir su ascenso al más alto sitial de la festividad navideña. Tan recientemente como en 1950 su efigie fue quemada por el clero francés, y en 1969 el papa Paulo VI llegó a "degradarlo", pero nada podía detenerlo. Papá Noel, alias Santa Claus, había llegado para quedarse.

Fuente: “Tradiciones de Navidad”, Desmond Morris, Editorial Emecé, Buenos Aires 1993.

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Esperamos que esta significativa fecha, en que conmemoramos la venida de nuestro Salvador Jesucristo al mundo, sea ocasión propicia para la reunión familiar y para el despertar espiritual.
¡FELIZ NAVIDAD!


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23/12/16

¿POR QUE SE CUELGAN MEDIAS EN VISPERA DE NAVIDAD?

Porque San Nicolás salvó a tres hermosas hermanas de la prostitución. Pese a que esto pueda sonar como improbable, por una vez una vieja leyenda parece estar basada en un incidente histórico.
Nicolás provenía de una familia muy pudiente. Sus padres murieron en una epidemia cuando él era joven; heredó todo, y al encontrarse de pronto extremadamente rico debió decidir qué hacer con su dinero. Siendo un buen cristiano optó por regalarlo a los necesitados.
Pero muy pronto cayó en la cuenta de que, a medida que su generosidad se difundiera, mayor sería la corte de pedigüeños y parásitos que lo buscaría para amargarle la vida, de modo que debió planear con cuidado sus actos de caridad. Con frecuencia viajaba disfrazado, y se aseguraba de que sus regalos fuesen distribuidos de manera secreta para que nadie conociese la identidad del dador.
En cierta ocasión supo de un hombre que había perdido todo su dinero a causa de malos negocios, y debido a esta infortunada situación no se encontraba en condiciones de aportar la necesaria dote para que sus tres hermosas hijas solteras pudiesen acceder al matrimonio. No podía permitirse el lujo de mantener las hijas en su casa, quedándole entonces una sola y última opción: Venderlas como prostitutas.
Cuando Nicolás supo de esto esperó la noche y cabalgó hasta la casa del hombre. Al pasar por la ventana abierta de una de las jóvenes arrojó por ella una bolsa de oro. La muchacha jamás tuvo idea de la procedencia del regalo, pero resultó suficiente para su dote; muy pronto gozó de un feliz casamiento.
Nicolás luego repitió esto con la segunda hija, quien también pudo acceder al casamiento. El padre, intrigado por estos regalos milagrosos, montó guardia junto a la ventana abierta de la tercera hija. Por fin apareció una figura que arrojó la tercera bolsa de oro. Entonces el padre abandonó su escondite, tomó del brazo a Nicolás y agradeció su generoso acto. Nicolás quedó horrorizado al comprobar que su generosidad había perdido el anonimato, e insistió ante el padre para que jamás revelara su identidad, pero éste, impresionado por aquellos tres actos no pudo ocultar el asunto y Nicolás pronto gozó de fama por lo hecho. Como resultado de esto se convirtió eventualmente en patrono de las niñas solteras.
Lo gracioso es que por dar dinero a la gente también se convirtió en patrono de los prestamistas, quienes adoptaron sus tres "bolsas de oro" como emblema. Por tal razón cada negocio de prestamista exhibe un cartel que muestra tres bolas de oro.
Cuando se ampliaron los detalles de esta historia surgió que una de las niñas había encontrado la bolsa de oro en su media, siendo aparentemente la costumbre de las jóvenes lavar sus medias largas antes de acostarse y luego colgarlas cerca de una ventana abierta para que la brisa nocturna se encargue de secarlas. Esa noche en cuestión Nicolás vio la media colgada, y juguetonamente depositó en ella la bolsa de oro.
Esta parte de la historia se elaboró más y más con el correr de los años. Se dijo que Nicolás había acertado con cada una de las bolsas que arrojó a las medias colgadas ante el fuego para secarse, y la hazaña fue juzgada tan extraordinaria que su historia se convirtió en una fábula romántica. Pero Nicolás existió, y la versión más sobria de esta narración es muy probablemente auténtica.
Más adelante, cuando a Nicolás se lo asoció con la festividad cristiana y los regalos de Navidad, se les dijo a los niños que debían colgar sus medias la víspera de Navidad, y San Nicolás les haría una visita secreta durante la noche para colmarlos de regalos, tal cual hiciera con las tres jóvenes hermanas.

Fuente: “Tradiciones de Navidad”, Desmond Morris, Editorial Emecé, Buenos Aires 1993.

DIRECTOR

Director junto a la Fanfarria Militar "Alto Perú" en la Plaza de Armas de la Unidad.

Carlos Ravazzani.-

LOUIS ARMSTRONG

Fotografía tomada en Santa Monica, California el día 28 de octubre a las 1300hs

"Hello, dolly,
well, hello, dolly
it's so nice to have you back where you belong
you're lookin' swell, dolly
i can tell, dolly
you're still glowin', you're still crowin'
you're still goin' strong
we feel the room swayin'
while the band's playin'
one of your old favourite songs from way back when
So, take her wrap, fellas
find her an empty lap, fellas
dolly'll never go away again
Hello, dolly,
well, hello, dolly
it's so nice to have you back where you belong
you're lookin' swell, dolly
i can tell, dolly
you're still glowin', you're still crowin'
you're still goin' strong
we feel the room swayin'
while the band's playin'
one of your old favourite songs from way back when
Golly, gee, fellas
find her a vacant knee, fellas
dolly'll never go away
dolly'll never go away
dolly'll never go away again"
Jerry Herman.

Carlos Ravazzani.-

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22/12/16

LAS HOJAS DE MUÉRDAGO EN NAVIDAD, PORQUE SE CUELGAN Y LA TRADICIÓN DEL BESO

Existen varias leyendas extrañas respecto al uso del muérdago en Navidad. ¿Cuál es la verdad? ¿Por qué tiene esta curiosa planta parásita una asociación tan fuerte con las festividades invernales?
La leyenda oficial cristiana es una ficción encantadora, inventada para colocar la planta bajo el paraguas general del "folklore piadoso". Según la historia existieron en un tiempo enormes árboles de muérdago, de uno de los cuales hicieron la cruz de Cristo. Después de la crucifixión todos los otros árboles de esta especie se encogieron de vergüenza y debieron vivir el resto de sus vidas en calidad de parásitos de otros árboles. Por lo tanto, al introducir una rama de esa planta en nuestros hogares en Navidad, simbólicamente estamos colocando un crucifijo en honor a Jesucristo.
Sin embargo hay ciertos derechos ajenos que deben ser tenidos en cuenta. Para los antiguos druidas también era planta sagrada, en especial cuando se la encontraba creciendo en el más reverenciado de sus árboles, el roble, acontecimiento nada frecuente pues el roble no acostumbra hacer de anfitrión de parásitos. Donde suele crecer el muérdago es en el manzano, de modo que cuando se daba la combinación de roble y muérdago se imponía una ceremonia especial, la cual a su vez daba lugar a un sacrificio ritual.
Dos toros blancos eran traídos al lugar donde roble y muérdago coincidieron, y un druida vestido con túnica blanca subía al árbol munido de una hoz de oro, y mientras otros desplegaban un paño blanco para recoger la planta sagrada, él la separaba ceremoniosamente del árbol. Era importante que no fuese cortada con un implemento de hierro, y que nunca tocase el suelo, pues en ambos casos perdería sus poderes mágicos. Luego ambos toros eran sacrificados, se preparaba una fiesta especial, y del muérdago se hacía una poción para ser usada como cura contra el envenenamiento y, sobre todo, para asegurar la fertilidad de los animales. También las mujeres portaban una rama del muérdago-roble para aumentar sus posibilidades de quedar embarazadas.
Entre sus muchos supuestos atributos mágicos el muérdago gozaba de la reputación de proteger contra los hechizos y la brujería. Una rama de la casa bastaba para ahuyentar los malos espíritus. Esto ha sido utilizado como explicación de la especial ligazón pagana entre el muérdago y la festividad invernal más tarde conocida como Navidad. Estos períodos eran de gran celebración, y se creía que los alegres acontecimientos de este tipo representaban ocasión propicia para atraer el Mal de Ojo y los poderes de las tinieblas, de modo que resultaba natural colgar objetos protectores durante ese tiempo. Sin embargo, no existe evidencia confiable de que esta conexión se haya llevado a cabo excepto en la imaginación de los estudiosos del folklore.
Otra explicación más simple, aunque menos dramática, es que el muérdago no pasaba de ser una planta más que, como el acebo, la hiedra y el laurel, retenía su verdor en Navidad, y por lo tanto resultaba otro elemento útil para la decoración. Verdor de varios tipos fue utilizado desde mucho antes del nacimiento de Cristo para proveer un hogar temporario a los "espíritus de la vegetación" que precisaban de un acogedor refugio durante el crudo invierno. Aparentemente, durante los primeros siglos la gente no era tan quisquillosa respecto a las plantas que utilizaba para este fin, y según cierto escritor, "utilizaba lo que había a mano en materia de verdor".
Dese a los vínculos del muérdago con el paganismo, la costumbre británica de besarse bajo el muérdago parece ser puramente cristiana, y aparentemente comenzó de la siguiente manera:
En el siglo XIV en Gran Bretaña, era tradicional en Navidad colgar una pequeña imagen de la Sagrada Familia cerca de la puerta de entrada de la casa. El pequeño modelo era colocado sobre una plataforma, y ésta dentro de un arco de madera, decorado con cualquier tipo de planta que se mantuviese verde en esa época, ya fuera acebo, hiedra o muérdago, pues en aquellos lejanos tiempos las plantas en sí no poseían ninguna significación. Lo único que importaba entonces era que luciesen frescas y vivas en medio del invierno.
Esta representación de la Sagrada Familia llevaba por nombre Rama Sagrada, y llegada la Navidad el párroco local recorría sus dominios y bendecía cada una de ellas. Toda persona que cruzaba los umbrales de una casa durante la Navidad debía ser abrazada, para demostrar que en esa sagrada época todos se amaban a la manera cristiana, y hacerlo bajo el modelo de la Sagrada Familia tomaba al acto más sagrado.
Con el correr del tiempo el uso de imágenes fue juzgado una idolatría, y el pequeño modelo de la Sagrada Familia debió ser eliminado, pero las viejas costumbres se arraigan y rehúsan desaparecer. Para solucionar el problema la Rama Sagrada fue rebautizada Rama de Acebo,* y los abrazos continuaron pese a que ahora sólo se producían bajo arcos decorados con plantas.
En el siglo XVI el simple saludo del abrazo se hizo más efusivo e incorporó el beso. Luego, hace unos trescientos años, un nuevo elemento se agregó al ritual: Cada vez que un visitante a la casa era besado se arrancaba una de las bayas blancas de la rama de muérdago y al quedar la planta desnuda de bayas el besuqueo cesaba.
Es probable que esto fuese introducido para limitar lo que con rapidez se estaba convirtiendo en una excesiva ronda de besos no tan santos, pero sus efectos se tradujeron en el establecimiento de un vínculo entre una planta, el muérdago, y el acto de besar. Previamente, pese a su extraña historia, el muérdago era apenas una planta perenne más. Ahora, de pronto, se convertía en la "rama del beso".
Andando el tiempo los arcos desaparecieron, y apenas si quedó una ramita de muérdago colgando en el hall de entrada en Navidad.
El muérdago ha mantenido hasta el día de hoy la prerrogativa de permitir que se intercambien besos bajo sus ramas. Su verdadero origen ha caído en el olvido, pero como pasaporte a la intimidad ha retenido su gran popularidad, tomándose más sexual y menos sagrado con el paso de los años.
Así como muchos actos navideños en apariencia cristianos son en realidad de origen pagano, éste es un acto en apariencia pagano que parece ser verdaderamente cristiano, simbolizando el amor de Cristo por toda la humanidad.
Una explicación que rivaliza con ésta se refiere al vínculo pagano de la planta con la fertilidad, lo cual la hacía ideal para "bendecir" un beso sexual. Pese a que suena convincente, se trata de pura conjetura y no existe evidencia que la sostenga. El hecho de que los besos de los primeros cristianos formaban parte de un saludo social desprovisto de toda connotación sexual, invalida lo anterior.

Fuente: “Tradiciones de Navidad”, Desmond Morris, Editorial Emecé, Buenos Aires 1993.

ESCUADRÓN AYACUCHO

El Regimiento de Granaderos a Caballo, fiel custodio de la tradiciones Sanmartinianas, otorga a sus escuadrones el nombre de las principales batallas donde participaron los Granaderos.
Uno de ellos es el Escuadrón Ayacucho, que lleva, en la manga izquierda de su uniforme histórico, el escudo otorgado por el Gobierno de Colombia por las acciones de Junín y Ayacucho.
Ayacucho palabra que significa en el dialecto local "Rincón de los Muertos", también significa libertad e independencia. Solo su nombre, resume 17 años de lucha de ideales, de americanismo y de gloria, la última batalla y una de las más significativas de la Independencia Americana, librada el 9 de diciembre de 1824.
En ella combatieron gloriosamente 80 granaderos al mando del Coronel Félix Bogado, últimos efectivos del Regimiento, que en 1813 habían iniciado la gesta por la libertad Americana.

En la actualidad el Escuadrón "AYACUCHO" cumple las siguientes funciones de:

1. Escolta y seguridad del Presidente de la Nación en la Casa de gobierno.

2. Custodia de los restos del General Don José de San Martín en el mausoleo situado en la Catedral Metropolitana.

3. Izamiento y arrío de la Bandera Oficial de la Nacion en la Plaza de Mayo.

4. Participación en todos los actos de ceremonial que se realizan en la Casa de Gobierno y en la Catedral Metropolitana

Carlos Ravazzani.-

GOOD YEAR

Fotografía tomada en Marina Green Park, Long Beach, California el día 25 de octubre a las 1650hs

"When I was seventeen
It was a very good year
It was a very good year for small town girls
And soft summer nights
We'd hide from the lights
Under the village green
When I was seventeen

When I was twenty-one
It was a very good year
It was a very good year for city girls
Who lived up the stairs
With all that perfumed hair
And it came undone
When I was twenty-one

Then I was thirty-five
It was a very good year
It was a very good year for blue-blooded girls
Of independent means
We'd ride in limousines
Their chauffeurs would drive
When I was thirty-five

But now the days grow short
I'm in the autumn of the year
And now I think of my life as vintage wine
From fine old kegs
From the brim to the dregs
And it poured sweet and clear
It was a very good year

It was a mess of good years"
Ervin Drake

Carlos Ravazzani.-

21/12/16

¿POR QUÉ DECORAMOS EL ÁRBOL DE NAVIDAD?

La decoración de un árbol de Navidad implica mucho más que un mero deseo de hermosearlo, y de nuevo nos encontramos en el reino del ritual pagano.
En las épocas del oscurantismo, cuando la gente creía en los espíritus arbóreos, decoraba los árboles en invierno. Cuando los árboles perdían sus hojas en el otoño se creía que los espiritus los hablan abandonado, lo cual daba lugar al temor de que, a menos que se hiciese algo al respecto, podrían no regresar la próxima primavera. Si esto sucedía los árboles permanecerían desnudos y no darían frutos.
Para estimular el regreso de los espíritus se colgaban a los árboles decoraciones hechas de piedras pintadas y telas cobreadas, y la idea era que esto los tomaba tan atrayentes que los espíritus pronto regresarían para habitarlos. Para felicidad de todos la treta daba optimos resultados, y cada año, en primavera, reaparecían las hojas.
Esta costumbre de la vieja Europa precedió la idea de introducir un árbol en la casa para Navidad. Los árboles se decoraban estando afuera, y cuando surgió el hábito de introducir pequeños abetos en las casas pareció natural agregarles decoraciones similares, aun cuando los abetos no perdían sus hojas por ser siempreverdes.
En el refugio de una habitación las decoraciones se tornaron más variadas. Ristras de pequeñas cuentas de vidrio, previamente usadas para decorar los brazos de candelabros de madera, fueron transferidas a los nuevos árboles de Navidad, y asimismo se colgaban frutas, panes de gengibre y caramelos de varias clases. También se agregaban ornamentos de papel en forma de rosas en homenaje a Nuestra Señora. Con frecuencia se iluminaban los árboles con velas, no con fines decorativos, sino porque simbolizaban a Cristo como "La Luz. del Mundo".
Todo esto sucedió mucho tiempo atrás en Alemania, y las reseñas más tempranas que poseemos datan del siglo XVII. Con posterioridad, en el siglo XIX, mediante casamientos convenidos la realeza alemana se propagó por Europa, y con ella sus árboles de Navidad con sus decoraciones.
Para fines de la era victoriana los Arboles decorados se habían propagado por doquier, y la manufactura de sus adornos se comercializó cada vez más. Hoy en día son casi siempre comprados hechos, y las velas, consideradas de tiempo atrás como peligrosas, fueron reemplazadas por pequeñas bombitas eléctricas de colores que más hacen pensar en una feria que en una sagrada simbolización de la "Luz del Mundo".
Fuente: “Tradiciones de Navidad”, Desmond Morris, Editorial Emecé, Buenos Aires 1993.