30/6/16

EL CABALLO DEL CORONEL MACHADO


El coronel Benito Machado, viejo león de las campañas unitarias y la del desierto, que alcanzó a vivir 84 años, se hallaba muy enfermo en su casa de la calle Tacuarí de la Capital Federal, a los fondos del templo de la Concepción.
Añorando sus campos del sur, mando traer su caballo favorito, un tordillo negro, algo vejancón, como él, y se pasaba montado en el patio del antiguo caserón que aún subsiste. Cuando su mal lo obligó a  quedarse en cama, hizo conducir esta junto a la ventana, y se pasaba las horas teniendo las riendas en la mano, mientras el tordillo olía a través de las rejas.
-Me hace pensar en los tiempos de antes, y los huesos me duelen menos - decía sonriendo en medio de sus dolores el viejo guerrero de la Pampa.

Don Pampa Viejo. Fogón de las Tradiciones.-

INGRESANDO AL CUARTEL

Escuadrón Riobamba del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martin" ingresando al histórico Cuartel de Palermo luego de la formación por el día de la Patria el pasado 25 de Mayo.

Carlos Ravazzani.-

FONDEADERO...

Fotografía tomada en la Isla Martín García, Provincia de Buenos Aires el día 20 de junio a las 1239hs.-

"Turbio fondeadero donde van a recalar
barcos que en el muelle para siempre han de quedar…
sombras que se alargan en la noche del dolor…
náufragos del mundo que han perdido el corazón….
Puentes y cordajes donde el viento viene a aullar…
barcos carboneros que jamás han de zarpar…
Torvo cementerio de las naves que al morir
sueñan sin embargo que hacia el mar han de partir…
Sueña marinero con tu viejo bergantín,
bebe tus nostalgias en el sordo cafetín…

Llueve sobre el puerto mientras tanto mi canción,
llueve lentamente sobre tu desolación…
Anclas que ya nunca, nunca más han de levar…
Bordas de lanchones sin amarras que soltar…
Triste caravana sin destino ni ilusión,
como un barco preso en "la botella del figón"….

Niebla del Riachuelo…
amarrado al recuerdo
yo sigo esperando…
Niebla del Riachuelo…
de ese amor para siempre
me vas alejando…
Nunca más volvió…
nunca más la vi…
nunca más su voz nombró mi nombre junto a mí…
…esa misma voz que dijo: "Adiós"."
Enrique Cadícamo / Juan Carlos Cobián

Carlos Ravazzani.-

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE FACEBOOK DEL EJERCITO POR INVITACION RELEVO

#INVITACIÓN al relevo histórico de la guardia de los Granaderos en la Casa Rosada

El Regimiento de Granaderos a Caballo “General San Martín” Escolta Presidencial de la República Argentina, efectuará el histórico cambio de la guardia de Honor de la Casa Gobierno el sábado 2 de julio a las 1750hs. (aprox.) sobre la calle Balcarce con motivo del mes del Bicentenario de Nuestra Independencia.

Esta trascendental ceremonia busca restituir en la tradición nacional un hecho que por años supo vestir y galardonar a la Casa de Gobierno y su Plaza de Mayo, constituyendo sin lugar a duda un digno testimonio de nuestra historia y cultura, dando acabada muestra de nuestro espíritu Sanmartiniano reflejado en la figura de los Granaderos.

Este tradicional relevo tiene su origen a finales de la década de 1950, cuando los Escuadrones Montados del Regimiento de Granaderos a Caballo “General San Martín”, hacían el traspaso de responsabilidad del Destacamento Militar Casa de Gobierno.
Una ceremonia mayor se realizaba anualmente con motivo del cambio de clases de los soldados conscriptos, aquellos ciudadanos que habiendo cumplido con la patria dejaban las filas del Ejército.

En el año del Bicentenario de Nuestra Independencia, los invitamos a participar de esta tradicional ceremonia.

IMPORTANTE: SE SUSPENDE POR LLUVIA

29/6/16

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE FACEBOOK DE GRANADEROS POR INVITACION RELEVO

Relevo Histórico en Casa de Gobierno
El Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martín" Escolta Presidencial de la República Argentina, efectuará el histórico cambio de la guardia de Honor de la Casa Gobierno el día sábado 2 de julio a las 1750hs. (aprox.) sobre la calle Balcarce con motivo del mes del Bicentenario de Nuestra Independencia.

Esta trascendental ceremonia busca restituir en la tradición nacional un hecho que por años supo vestir y galardonar a la Casa de Gobierno y su Plaza de Mayo, constituyendo sin lugar a duda un digno testimonio de nuestra historia y cultura, dando acabada muestra de nuestro espíritu Sanmartiniano reflejado en la figura de los Granaderos.
Este tradicional relevo tiene su origen a finales de la década de 1950, cuando los Escuadrones Montados del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martín", hacían el traspaso de responsabilidad del Destacamento Militar Casa de Gobierno.
Una ceremonia mayor se realizaba anualmente con motivo del cambio de clases de los soldados conscriptos, aquellos ciudadanos que habiendo cumplido con la patria dejaban las filas del Ejército.
En el año del Bicentenario de Nuestra Independencia, los invitamos a participar de esta tradicional ceremonia.

IMPORTANTE: SE SUSPENDE POR LLUVIA

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ÚLTIMAS INSTRUCCIONES

Oficial del Regimiento dando las ultimas instrucciones a los Granaderos antes de montar en las caballerizas del Colegio Militar de la Nación, instantes antes de la formación por el Día del Ejercito Argentino.

Carlos Ravazzani.-

PERRO BARREALINO

Fotografía tomada en Barreal, Provincia de San Juan, el día 27 de enero a las 1442hs.

"Es verdad; pues reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos;
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.

Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe
y en cenizas le convierte
la muerte ¡desdicha fuerte!:
¿que hay quien intente reinar
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?

Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí,
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida?, un frenesí.
¿Qué es la vida?, una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son."
Calderon de la Barca.

Carlos Ravazzani.-

28/6/16

EL GRANADERO QUE DEFENDIO A ILLIA

El día del golpe, el jefe de guardia en la Casa Rosada era el teniente granadero Aliberto Rodrigáñez Ricchieri, un hombre de baja estatura. Tenía entonces 24 años, era soltero y su pasión era la música clásica, que oía frecuentemente en el Teatro Colón. Su tatarabuelo paterno había integrado el Ejército de los Andes y murió en acción, siendo su caballo el único que regresó vivo de los miles que salieron desde Mendoza y cruzaron la cordillera; por la rama materna, estaba emparentado con el teniente general Pablo Ricchieri, nacido en San Lorenzo, que fue ministro de Guerra de Julio Argentino Roca, artífice de la organización del Ejército y el hombre que hizo recrear el Regimiento de Granaderos, en mayo de 1903.
Cuando Rodrigáñez Ricchieri advirtió que había tropas del Ejército que se le venían encima. Tenía apenas treinta granaderos armados con sable corvo, fusiles y dos ametralladoras, pero no vaciló. Hizo colocar las ametralladoras en posición y ordenó cerrar las puertas de la Casa de Gobierno. También le avisó al jefe de la tropa que avanzaba que abriría el fuego si no se detenía. Los sitiadores se miraron entre sí. Uno dijo: "¡Ese teniente de Granaderos está loco! ¡Treinta hombres contra todo el Ejército!"
El general Alsogaray telefoneó al coronel Marcelo de Elía, el jefe de Granaderos, que era amigo suyo y había compartido con él cuatro años de prisión en el penal de Rawson por decisión de Perón. El coronel le dijo al general que tenía razón, que el teniente estaba loco, pero que también estaba cumpliendo con su deber, con la tradición del regimiento, y que iba a defender al presidente de la Nación hasta el último cartucho y luego con los sables. Aún más: le aclaró que aunque la resistencia fuera inútil, no sólo no iba a ordenarle al teniente que se rindiera, sino que también él mismo, el propio coronel, marcharía en auxilio del teniente apenas sonara el primer disparo. Alsogaray se quedó mudo. Sabía que ordenar el ataque sería una masacre de granaderos y civiles que resultaría contraproducente. Entonces ordenó suspender las operaciones.
Dentro de la Casa Rosada, en tanto, el brigadier Pío Otero, jefe de la Casa Militar de la Presidencia de la Nación, intentó convencer al doctor Illia de que renunciara. Le señaló que igual sería tomada la sede gubernamental, pero con treinta muertos. El presidente radical sólo aceptó que se fuera el personal administrativo. Otero habló con el general Alsogaray. Le pidió que por nada se contestara con fuego a un balazo que saliera de la Casa Rosada, que él intentaría convencer a otros personajes radicales de que hicieran razonar a Illia. Cuando Otero volvió, Ricardo Balbín y Carlos Perette ya no estaban. Alrededor del Presidente, jóvenes radicales habían llenado su despacho. De pronto, Illia fue hacia el dormitorio presidencial. Todos coincidieron en un pensamiento: "¡Como Alem, se va a pegar un tiro!" Con emoción, comenzaron a cantar el Himno. Illia le pidió su arma al edecán militar, pero éste se la negó y le dijo: "Señor, mi primer deber es interponerme entre el presidente de la Nación y la muerte.
El general Alsogaray, descendiente de un héroe de la Vuelta de Obligado, sintió que el Ejército se estaba hundiendo en el ridículo. Y le dijo al brigadier Otero que iría personalmente a pedirle la renuncia a Illia. Otero le hizo notar que eso era peligroso, que muchos jóvenes radicales estaban armados. Alsogaray replicó que era un riesgo que debía afrontar. Antes de entrar al despacho presidencial, le ordenó la rendición al teniente Rodrigáñez Ricchieri. Este respondió: "Lo siento, mi general. Mi obligación es defender al presidente de la Nación." Alsogaray entró en el despacho presidencial y le exigió la renuncia al Presidente. Illia no le contestó y el general se retiró. Tras mucho hablar, el brigadier Otero logró al fin convencer al Presidente de que relevara a los granaderos de la suicida misión de defenderlo. Illia aceptó. Otero se apresuró a comunicarle la decisión a Rodrigáñez Ricchieri. Luego, informó al general Alsogaray que no habría resistencia militar.
A la madrugada del 28 de junio de 1966, el coronel Luis César Perlinger -que en la década siguiente asesoraría a guerrilleros y sufriría prisión por ello- fue elegido para dirigir la evacuación de la Casa Rosada. Integrantes de la Guardia de Infantería recibieron la orden de desalojar, pero sin tocar al Presidente, que no había renunciado. Esos policías rodearon a los jóvenes radicales que habían hecho un cerco alrededor de Illia, y los fueron llevando hacia la salida.
Illia despreció el coche presidencial y también rechazó un auto oficial. A cambio, detuvo un taxi que pasaba. Tanto su conductor como todos los que miraban la escena se quedaron estupefactos. El presidente constitucional recién derrocado subió al taxi y desapareció entre las sombras de esa triste madrugada.
Texto: Andrés Bufali.-

IZANDO EL PABELLÓN

Soldado del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martín" izando el Pabellón Nacional en la Plaza de Armas de la Histórica Unidad el pasado 25 de Mayo.

Carlos Ravazzani.-

TRAS LOS PASOS

Fotografía tomada en el Valle Patos Sur a 2.680 Mts. S.N.M, Provincia de San Juan, el 26 de enero a las 1133hs.

"Su plan de cóndor, de tan vasto aliento, 
El Misionero silencioso fragua, 
No son valla los Andes a su intento, 
Ni la rugiente inmensidad del agua. 
La cordillera en cada invierno espesa 
Sus aluviones de perpetuos hielos. 
Y en cada tempestad el mar ensancha 
Su no sujeto límite iracundo: 
Que aquélla escala cielos y mas cielos. 
Y el agua precipita su avalancha. 
Sobre la curva tropical del mundo 
Y el Misionero silencioso calla. 
Y en la andina ciudad retiene el día 
De su primera y su triunfal batalla 
Que no es hora propicia para el golpe 
De un pálido sol de mediodía 
A laborar aprisa, y sin sosiego. 
En el callado invierno sin alarmas 
Juro hierro someter al fuego 
Y convertirlo en vengadoras armas 
A no dar tregua en la ciudad patricia. 
Ni en el parque y taller del Plumerillo, 
A la fragua, el batán, al yunque. al molde, 
A la aguja, a la lezna y al martillo 
Y a maniobrar de sol a sol. 
Mendoza; 
Con pie seguro en sus movibles valles, 
Es un gran campamento; vivaquean 
Cambujos y libertos en sus calles; 
Los cholos de rebeldes alardean; 
Cantan contra su rey, y de las viñas 
En odres beben los cuadrienios jugos, 
Y en las dulces miradas de las niñas 
Uncen de nuevo los odiados yugos. 
¡Ah! ¡Todo el mundo a caballo, y en campaña!- 
Truena un clamor de la argentina tierra, 
Y todo el mundo se alza contra España 
Con el dilema: -¡Independencia o guerra! 
El bravo montañés, el heredero 
De los dolores de la extinta raza, 
En atizar los odios contra el godo, 
En franca rebelión, es el primero. 
Su varonil espíritu rechaza 
Dominaciones, servidumbres…, ¡todo 
O nada! -quiere en el natal refugio 
De sus bohíos, que el rencor le abruma… 
¡Y a borrar el baldón de Vilcapugio, 
Y a vengar la vergüenza de Ayohuma! 
De valle en valle la noticia cunde 
Que el Salvador apareció en Mendoza, 
Y por llanos y sierras se difunde: 
Y entre el continuo circular del mate 
Junto al fogón de la ignorada choza, 
Las mentas hablan de un triunfal combate. 
¡Y adiós Castilla con sus bravos godos, 
Alféreces, justicias, regidores, 
Impuestos, alcabalas y tributos 
Y forzados servicios y rigores, 
Monopolios de oficios y de frutos, 
Y cuanto grana y cuanto espiga el suelo 
Para fomento de las arcas reales! 
¡Y adiós fueros de doctos y de usías, 
Fernandinos escudos y blasones, 
Prebendas señoriales, regalías, 
Tapadas, y tenorios y balcones! 
¡Y adiós, oh linajudo castellano, 
Que seda y raso y damasquinos gastas! 
¡Y el poncho valga, el barragán indiano, 
La patria urdimbre y el hechizo lienzo, 
Que ya proclama la igualdad de castas 
El criollo sableador de San Lorenzo! 
En ciudades, y villas y campañas, 
Con un ir y venir de gratas nuevas, 
Mozos, viejos, paquetes y paisanos, 
Se empiezan a alistar para las levas, 
Jurando no amainar en la batida 
De obligado desquite a los hispanos. 
Con voz tonante, en el villorrio, el cura, 
A la sombra del tala centenario, 
A la patria proclama, la lectura, 
Reuniendo en asamblea, al vecindario: 
Y al estallar la aclamación, un mozo, 
Que en las filas patrióticas milita 
Y en arengar al pueblo se ejercita, 
Arrebatando aquel papel, se lleva 
El viril documento en que palpita 
El alma joven de una raza nueva, 
Y entrando a la cercana pulpería 
Vuélvense. el pueblo una hermandad de amigos 
Una constante vidalita, el día, 
La noche, un largo retrucar de obligos, 
Desde Jujuy notábase y las Punas 
Un indemne, insumiso movimiento, 
Que a la región andina sacudía 
El vórtice de un grande pensamiento 
Con los nuevos ideales y fortunas. 
Los de Salta y Jujuy bajan del Norte 
Montados en los briosos redomones 
Del gaucho Güemes, con airoso porte, 
A un quejumbroso yaravé 
El metro de las bélicas canciones. 
A la mitad de su camino alcanzan 
Al tucumano, que con firme empeño 
Abandona su obraje en los laureles 
Y sus surcos de caña; al santiagueño, 
Que no lleva otro avío que sus ojos, 
Atisbadores de la huyente abeja, 
Que labra en troncos de simbol sus mieles. 
Tras ellos van los criollos del Ambato, 
Gastando el lujo de sus ponchos rojos, 
Y encomendando, al clarear el día, 
El multiplico semestral del hato, 
La suerte de sus hijos a María; 
Y luego sigue el perspicaz riojano, 
Que el trance salva las llanuras secas, 
Al desamparo de su cielo glauco, 
Silbando gatos, tarareando cuecas 
De las vendimias de su dulce Arauco: 
Y el cordobés audaz, que en su tonada, 
Alardeadora de sus doctas luces, 
Se pinta con sus mañas de paisano, 
Viaja a la par del corredor puntano, 
Insigne en las batidas de avestruces. 
Y aquella romería se encamina 
A la ubertosa tierra de alamedas, 
Do medra el enviciado carolina, 
Do el olivo y la vid se dan abrazos, 
Y la morera mueve con sus brazos 
La rueca de oro del telar de sedas. 
¡Salve, oh raza de heroicos montañeses! 
¡Mohinos y aguerridos luchadores, 
Ya azoten vuestra carne los reveses, 
O la lid os aclame vencedores! 
¡Por vosotros culmina la existencia 
De esta gran patria de las patrias todas; 
Mira aumentar su ejército, a medida 
Que su fe en la victoria se acrecienta, 
Y el día llega de lanzar su gente 
A la grande, invencible, arremetida, 
Precipitando sobre el otro lado 
De espadas y de sables un torrente, 
¡Paso al invicto Capitán y ¡plaza! 
A los bisoños tercios que le siguen, 
Y que fusil al hombro y sable en mano 
El gran ideal de libertad persiguen 
Para todas las patrias oprimidas 
A lo largo del suelo americano! 
La disciplina ingénita transforma 
Al montañés intonso en veterano, 
A la mesnada rústica en milicia; 
Al toque de tambor en línea forma 
La zafia y grande división patricia, 
Que al rumor de ardorosas clarinadas 
Camina y anda, evoluciona y muere 
Su mar de bayonetas afiladas. 
¡Cómo al patriota espíritu conmueve 
E inspira aquel ejército formado 
De un día al otro, con genial empeño, 
En la historia del mundo destinado 
A realizar la idealidad de un sueño! 
!Vadear los ríos, ascender montañas, 
Salvar desfiladeros, repitiendo 
Del Africano y Corso las hazañas; 
Convulsionar las oprimidas tierras; 
Dominar horizontes y confines, 
Caminando por rutas de victoria 
El puñado de heroicos paladines 
Que llegan a codearse con la gloria; 
Izar el blanco y el celeste trapo 
En la torre del gótico castillo, 
Entregando a las plebes, hecho harapo, 
El glorioso y simbólico estandarte 
Del honor, de la fe, de la ventura, 
Pasa el invierno frígido y brumoso, 
Y ostenta la aterida Cordillera 
Su espléndida canicie de coloso. 
La mira el Misionero silencioso 
Circunscribir el límpido horizonte, 
Y anonadado al verse tan pequeño 
Midiendo su estatura y la del monte 
Murmura sin cesar: ” Esa montaña 
No me ha dejado conciliar el sueño” 
Ya se siente en el patrio campamento 
Del Plumerillo, en el risueño valle, 
Un grande y obstinado movimiento, 
Hervir de gentes y chocar de espadas, 
Y, galopando en su piafante potro, 
Anda anunciando el oficial Lavalle 
Que comienzan las clásicas jornadas. 
La histórica ciudad del Misionero, 
Como garrida almea se engalana, 
Y al aire lanza su canglor guerrero, 
Que al despuntar de una feliz mañana, 
Abriendo calles el clarin resuena, 
Y la tupida multitud renuente 
Las avenidas y los parques llena, 
Con desgaire triunfal de independiente. 
En aquel grande, inolvidable día 
Cayó la bendición a nuestro suelo, 
Y proclamó la muchedumbre loca 
Su fe en el triunfo y en el Dios del cielo, 
Con el fecundo grito de su boca. 
Respondieron tambores y clarines 
Por seis mil silenciosos corazones, 
Y el nombre de la patria fue llevado 
Por el viento a los últimos confines 
Palpitando en las sacras oraciones. 
Mas las campanas de las torres callan, 
Y no como en los días de victoria 
Con jubiloso repicar estallan, 
Cantando triunfos y gritando gloria: 
Y es que corren, con ruido estrepitoso, 
Detrás del escuadrón de pica y lanza, 
Fundidas en cureñas y cañones 
Por fray Luis el artífice ardidoso, 
Arquimedes del parque y la maestranza. 
Ha llegado Condarco, el ingenioso 
Fabricante de pólvora y batanes, 
Que rema con el fuego y con el agua 
Enero en la afilada bayoneta ardía 
Y en las espadas de bruñido acero. 
Y era un largo silencio emocionante 
De mar dormido en crepitante calma, 
De esas que suelen preceder al trueno 
Y a la proterva tempestad del alma. 
Cuando rompió la tregua de la vida 
El ronco acento del cañón andino, 
Que daba la señal de la partida 
Al inmortal ejército argentino. 
¿Quién es aquel a quien la turba aclama 
Con explosión de vítores triunfales ?.. 
¡Escrito está su nombre en los anales 
De medio mundo! – ¡San Martin se llama! 
¡El héroe de las druidicas Misiones, 
Alto; y fornido, como atleta griego, 
Cuya frente enigmática y serena 
Se insuflaba en su mundo de visiones 
Sobre una inmensa tempestad de fuego; 
El ronco Capitán de tez morena, 
De aguileña nariz y negros ojos, 
Los que, a la sombra fiel de sus pestañas, 
Abarcaban las patrias lejanias, 
Miraban a través de las montañas! 
En su mula, enjaezada a la chilena, 
De pie firme y de criollas energías, 
Al tranco marcha. 
Cubre su melena 
El típico falucho; gran capote 
Azul turquí, botonadura gualda, 
Ribeteado con vivos encarnados, 
Su pecho envuelve y musculosa espalda; 
Su diestra empuña el coruscante sable, 
Que apunta a los altisimos nevados; 
Calza su pie la granadera bota 
Que a la rodilla da; ciñe en su taco 
La nazarena de estrellado bronce 
Con que pica a su potro en la derrota 
Del enemigo, cuando le abren claros 
Las recias cargas del Octavo y Once. 
Al lado del gigante Misionero 
Va, conduciendo el militar tesoro, 
Zenteno, el ascendido tabernero. 
Del Estado Mayor gloria y decoro, 
O’Higgins marcha, en el momento aciago 
Para su Chile, que Marcó avasalla, 
A despertar el alma de Santiago 
Con la diana triunfal de la batalla. 
Las Heras va también, el gran Las Heras 
Empuje de los choques resonantes, 
Que rompe cuadros, desbarata hileras 
Con su aguerrido pelotón de infantes; 
A la vanguardia de sus tropas, sigue 
Soler, el iniciado del Cerrito, 
El primero en trepar con osadía 
Las empinadas cuestas de granito. 
Lleva a la grupa de las mulas, Plaza, 
Para hacerse escuchar, la artillería, 
Temistocles de trueno y la amenaza. 
Crámer y Conde, con marcial talante, 
Guían al siete, iniciador de acciones; 
Portus y Freyre, a la Legión volante 
De audaces coraceros y dragones; 
Mandan a los hercúleos granaderos, 
A cuyo galopar tiembla y chispea 
La tierra, en polvorosos entreveros, 
Escalada, Zapiola, Necochea, 
Y Melián, Olazábal y Lavalle, 
El que al frente de rápidas patrullas 
Corre a probar el temple de su corvo 
En los agrios ribazos de Achupallas. 
Y aquella armada multitud guerrera 
Andando, andando, poco a poco sube 
A la patria del águila altanera, 
A la tierra del cóndor y la nube, 
Cual si su intento gigantesco fuera 
Dominar la amplitud del Continente 
Desde la última roca de granito, 
Interrogar al cielo frente a frente, 
Y sondear la intención del infinito… 
¡La Libertad en vuestra acción conga, 
Anónimos soldados argentinos, 
Preclaros héroes de la patria mia! 
Desde el Estrecho al Ecuador lejano, 
Con la fe de su gloria y sus destinos, 
Que el misterioso porvenir escuda, 
Una mitad del mundo americano 
Al puñado de Apóstoles saluda!"

Adán Quiroga.

Carlos Ravazzani.-

27/6/16

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE FACEBOOK DE GRANADEROS POR FINAL COPA AMERICA

¡GRACIAS SELECCIONADO ARGENTINO DE FÚTBOL!
El Regimiento de Granaderos a Caballo “General San Martín” hace llegar sus felicitaciones al seleccionado Argentino de futbol y su cuerpo técnico por el esfuerzo realizado.
¡FELICIDADES SUBCAMPEONES! ¡VAMOS ARGENTINA!

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ESCUADRÓN FORMADO

Escuadrón montado del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martín" frente a las caballerizas del Colegio Militar de la Nación instantes antes de la formación por el día del Ejercito el pasado 30 de mayo.

Carlos Ravazzani.-

EN EL VALLE

Fotografía tomada en el Valle Patos Sur a 2.680 Mts. S.N.M, Provincia de San Juan, el 24 de enero a las 1841hs

"Entre los sueltos caballos
De los vencidos Cenetes,
Que por el campo buscaban
Entre la sangre lo verde,

Aquel español de Orán
Un suelto caballo prende,
Por sus relinchos lozano,
Y por sus cernejas fuerte,

Para que le lleve a él,
Y a un moro cautivo lleve,
Un moro que ha cautivado,
Capitán de cien jinetes.

En el ligero caballo
Suben ambos, y él parece,
De cuatro espuelas herido,
Que cuatro alas le mueven."
Luis de Gongora.

Carlos Ravazzani.-


26/6/16

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE FACEBOOK DE GRANADEROS POR FINAL COPA AMERICA

FINAL DE LA COPA AMERICA 2016

El Regimiento de Granaderos a Caballo junto al Seleccionado Nacional de Futbol.
¡VAMOS ARGENTINA!

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24/6/16

GRANADERO

Suboficial del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martín" en el Colegio Militar de la Nación.

Carlos Ravazzani.-

LOS BICHOS

Fotografía tomada en Magdalena, Provincia de Buenos Aires el día 16 de junio a las 1053hs.

"Vide una vez en un rancho 
Diez leguas de Uruguayana, 
Que armaba un baile una iguana 
Ayudada por un chancho. 
Bastonero era el carancho 
Y yo por ver que pasaba 
Me pare junto a la entrada 
Y  vi al tigre y su sobrino 
La vizcacha y el zorrino 
Y un piojo que la miraba.

También entró el tero tero 
La rana y el avestruz, 
Y gritando que haya luz 
Un lorito barranquero. 
Bicho lindo bicho fiero 
Todos vestido e´caté 
Y en un rincón yo miré 
A la vizcacha y al piojo...

Comiéndose con los ojos 
Al compás de un chamamé.

La vizcacha era coqueta 
Se entendía con el grillo 
El piojo sacó un cuchillo 
Y la trató de sotreta. 
Paró de tocar la orquesta 
Se armó tremendo incidente, 
Hasta que de un de repente 
Cayó a levantar sumario 
Un sapo subcomisario 
Y un peludo de asistente.

Se llevaron al conjunto 
De animales antedicho. 
Cayeron todos los bichos 
Como en dia de difuntos 
Y el sapo dijo: - este asunto, 
Es un caso pasional, 
La autoridad policial 
Hará examen de garantes...

Y quedará pa´quien gane 
Esta vizcacha fatal.

Se nombraron abogados 
A la lechuza y al cuervo. 
Hubo diálogos acerbos 
Entre los apoderados. 
Se gastó mucho en sellado 
Y el sapo al dictar sentencia, 
Dijo con todo inocencia 
Pero mostrando la hilacha: 
-¡Me quedo con la vizcacha 
pa´custodiar su decencia.!"
Félix Luna y Ariel Ramirez

Carlos Ravazzani.-

23/6/16

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE FACEBOOK DE GRANADEROS POR ANIVERSARIO DE LA TOMA DE LA CIUDAD DE MONTEVIDEO

ANIVERSARIO DE LA TOMA DE LA CIUDAD DE MONTEVIDEO
ANIVERSARIO DEL ESCUADRÓN "MONTEVIDEO"

Es tradicional recordar el 20 de junio como el día de nuestra enseña patria, pero para la misma fecha, en el año 1814, las fuerzas realistas comenzaban a perder dominio sobre el Río de la Plata en el sitio de la Ciudad de Montevideo.
El 03 de diciembre del año 1813, el gobierno argentino resuelve enviar refuerzos al Ejercito Auxiliar del perú, el que había sido destrozado en Ayohuma.
Al mando de San Martín parten el 1ro y 2do Escuadrón de Granaderos, mientras que 3ro y 4to permanecen en el Cuartel de Retiro a ordenes del Teniente Coronel José Matías Zapiola, quien continuo con la instrucción, completando los cuadros y luchando contra la pobreza que hacia carecer a la Unidad de los elementos indispensable para entrar en combate.
El 15 de abril de 1814, el Director Supremo ordena el envío de 700 hombres al mando del Coronel José Moldes a los Escuadrones de Granaderos 3ro y 4to a órdenes de Zapiola a la Banda Oriental. El embarque se produce a las 1100hs de la mañana del día 09 de mayo.
La odisea comienza ya el día 10, cuando las tropas desembarcan. El enemigo, escudado en la sorpresa, cubriéndose en los montes, da inicio a diferentes ataques hasta recurre a la cobarde traición para obtener resultados en batalla.
Ante tales hecho de cobardía, el General Alvear ordenas tomar el caserío de “Las Víboras”, donde se recupera armamento, víveres, atalajes y caballada que serían utilizados para reforzar las propias tropas.
El 22 mayo de 1814 se iniciaba desde Colonia la marcha hacia Montevideo, y el 23 de junio las tropas tomaban posesión del cerro haciendo flamear la bandera de la patria.
Luego se sucedieron combates tales como “Las Piedras" con resultados nefastos para los realistas, “Canelones" cuyas perdidas alcanzaron a 200 hombres entre muertos y heridos y “Guayabos" donde Zapiola, con bravura de criollo, repele un intento realista de retomar la posición que el Capitán Julianes había obtenido en lucha feroz.
Caro fue el tributo de sangre generosa que este Regimiento tuvo que pagar, pero sirvió como invalorable experiencia que facilito en corte de los laureles de la gloria en posteriores batallas, los cuales lo convirtieron en símbolo perpetuo del valor argentino.
En la actualidad uno de nuestros escuadrones esgrime el nombre de aquel conocido sitio de Montevideo, otro de los tantos lugares del suelo de América en donde los Granaderos de esta tierra dejaron sentado el mayor objetivo del Gran Capitán, “la libertad de los pueblos".
Hecho como este deben ser tomados como ejemplo de trabajo silencioso y austero el mismo trabajo que realiza nuestro escuadrón diariamente, controlando el ganado, reparando uniformes, cueros y bronce, velando por la salud del personal, brindando apoyo de transporte y un sin números de tareas. El Escuadrón Montevideo es un responsable mas para que este Regimiento continúe cumpliendo su misión en nuestros días.

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GRANADERO

Granadero a pie junto a su leal amigo momentos antes de una formación montada en el Colegio Militar de la Nación con motivo de la celebración del Día del Ejercito Argentino.

Carlos Ravazzani.-

TRAS LOS PASOS DEL LIBERTADOR

Fotografía tomada en el Valle Patos Sur a 2.680 Mts. S.N.M, Provincia de San Juan, el 23 de enero a las 1312hs.


"San Martín, sembrador de libertades,
propulsor de nuestro gran Continente,
defensor de santísimos ideales,
ese fue nuestro máximo valiente.

Se oye aún el tañir de las campanas
que fundió Fray Luis Beltrán, el cuyano,
demostrando lealtad a sus hermanos.

Salió del Plumerillo
y, ya en la inmensa Cordillera,
cruzó los Paramillos
por Uspallata y Picheuta:
Cóndor de los cuyanos
fue el ilustre americano.

La sorpresa que fue Cancha Rayada,
la libró valientemente Las Heras,
quien luchó en los campos inmortales
y salvó en Maipú nuestra bandera.

San Martín, que tu nombre sea eterno
como eternas son las nieves andinas;
sos el gran protector de mi Argentina."
Hilario Cuadros y Félix Pérez Cardozo

Carlos Ravazzani.-

22/6/16

PLANA MAYOR

Plana Mayor del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martín" frente al Pabellón Nacional en el Campo de Espejo del Colegio Militar de la Nación por el Día del Ejército el pasado 30 de Mayo.

Carlos Ravazzani.-

ATARDECER EN EL CAMPO

Fotografía tomada en Magdalena, Provincia de Buenos Aires el día 20 de agosto a las 1814hs.

"Cuando la tarde se inclina
sollozando al occidente,
corre una sombra doliente
sobre la pampa argentina.
Y cuando el sol ilumina
con luz brillante y serena
del ancho campo la escena,
la melancólica sombra
huye besando su alfombra
con el afán de la pena.
(...)
Cuando, en las siestas de estío,
las brillazones remedan
vastos oleajes que ruedan
sobre fantástico río,
mudo, abismado y sombrío,
baja un jinete la falda
tinta de bella esmeralda,
llega a las márgenes solas...
¡y hunde su potro en las olas,
con la guitarra a la espalda!

Si entonces cruza a lo lejos,
galopando sobre el llano
solitario, algún paisano,
viendo al otro en los reflejos
de aquel abismo de espejos,
siente indecibles quebrantos,
y, alzando en vez de sus cantos
una oración de ternura,
al persignarse murmura:
"-¡El alma del viejo Santos!"

Yo, que en la tierra he nacido
donde ese genio ha cantado,
y el pampero he respirado
que a payador ha nutrido,
beso este suelo querido
que a mis caricias se entrega,
mientras de orgullo me anega
la convicción de que es mía
¡la patria de Echeverría,
la tierra de Santos Vega!”"
Rafael Obligado.

Carlos Ravazzani.-


21/6/16

FRENTE A LA BANDERA

Segundo Jefe del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martín" frente al Pabellón Nacional en el Campo de Espejo del Colegio Militar de la Nación por el Día del Ejército el pasado 30 de Mayo.

Carlos Ravazzani.-

LA INUNDACIÓN

Fotografía tomada en Magdalena, Provincia de Buenos Aires en el mes de agosto.

"Cuando lentamente viene la corriente 
y asalta las islas, 
aguas sublevadas de las marejadas 
cubren la región. 
En la correntada turbia y encrespada 
van a la deriva, 
entre la resaca, árboles que arranca 
de cuajo el torrente, minuciosamente 
se imponen las aguas de la inundación.

El islero siente resignadamente 
que su pobre vida 
queda acorralada como su ranchada 
sobre un albardón, 
su suerte está echada en esta anegada 
soledad perdida, 
en donde la lluvia de invierno diluvia 
y la sudestada mantiene empacada 
la furia inocente de la inundación.

Juanito Laguna, mirando la luna 
que se hizo con agua 
y las crestonadas que al norte en bandadas 
emigrando van, 
en su barro tierno de dolor eterno, 
medroso presiente 
que en aquel invierno vendrá la creciente 
dejando sin rancho, desnuda la gente, 
sembrando en las islas la devastación."
Jaime Dávalos y Eduardo Falú.

Carlos Ravazzani.-

Nota: Cabe aclarar que si bien no es una gran toma, la misma fue realizada en el año 2004 con una maquina portatil. Fueron los primeros pasos en fotografía digital.

20/6/16

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE FACEBOOK DE CORACEROS POR DIA DE LA BANDERA


ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL GENERAL MANUEL BELGRANO
DÍA DE LA BANDERA NACIONAL.

A las 7 horas del 20 de junio de 1820, fallece en Buenos Aires el General Manuel Belgrano, “benemérito de la patria en grado heroico”, arquetipo de conducta y patriotismo.
Muere a los 50 años de edad en la mayor pobreza y rodeado de sus hermanos y unos pocos amigos. Abogado, economista, secretario perpetuo del Consulado, miembro de la Primera Junta de Gobierno. Vencedor de Tucumán, Salta y Las Piedras sufrió el sabor amargo de la derrota en Vilcapugio y Ayohuma, brillando sin embargo a gran altura el acerado y ejemplar temple heroico del patriótico guerrero libertador. Siempre daba cuartel al enemigo pero no lo pedía para él. De él puede decirse “Fue grande sin pretenderlo, y consiguió la gloria sin buscarla, en el camino del deber”. Nos ha legado la Bandera Nacional creada por él a orillas del Paraná, el 27 de febrero de 1812. Por ley del 9 de junio de 1938, se declaró el 20 de junio “Día de la Bandera Argentina”, fecha en que los honran, cada año, la memoria de su ilustre creador.
 

PUBLICACIÓN EN LA PAGINA DE FACEBOOK DE GRANADEROS POR DIA DE LA BANDERA

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL GENERAL MANUEL BELGRANO
DÍA DE LA BANDERA NACIONAL.

A las 7 horas del 20 de junio de 1820, fallece en Buenos Aires el General Manuel Belgrano, “benemérito de la patria en grado heroico”, arquetipo de conducta y patriotismo.
Muere a los 50 años de edad en la mayor pobreza y rodeado de sus hermanos y unos pocos amigos. Abogado, economista, secretario perpetuo del Consulado, miembro de la Primera Junta de Gobierno. Vencedor de Tucumán, Salta y Las Piedras sufrió el sabor amargo de la derrota en Vilcapugio y Ayohuma, brillando sin embargo a gran altura el acerado y ejemplar temple heroico del patriótico guerrero libertador. Siempre daba cuartel al enemigo pero no lo pedía para él. De él puede decirse “Fue grande sin pretenderlo, y consiguió la gloria sin buscarla, en el camino del deber”. Nos ha legado la Bandera Nacional creada por él a orillas del Paraná, el 27 de febrero de 1812. Por ley del 9 de junio de 1938, se declaró el 20 de junio “Día de la Bandera Argentina”, fecha en que los honran, cada año, la memoria de su ilustre creador.